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Draco llevaba horas dando vueltas en la habitación, pensando qué hacer, en cómo sacar a Alyssa de los calabozos.

- Draco - le susurró Narcissa - hay algo que debes saber.

En ese instante una pequeña parte del corazón de Draco hizo crac, se había roto, tal vez para siempre.

- Vete - le dijo a su madre y le dio la espalda - por favor.

Narcissa salió de la habitación, y al cerrar la puerta escuchó como las cosas se hacían trizas al impactar con las paredes del lugar, escuchó los gritos y el llanto desesperado de su único hijo. Se había quebrado, se había roto para siempre.

Bajo las escaleras con rapidez y abrió la puerta de barrotes de metal que daba al sótano.

Vio el cuerpo inmóvil de Alyssa, cubierto de sangre y se acercó.

- Alyssa - la llamó con suavidad, golpeándola con el pie - Alyssa.

Alyssa despertó, con euforia y temor en la mirada perdida, se llevó las manos al cuello y retrocedió rápidamente a rastras, su espalda chocó con la pared.

- ¿Estoy muerta? - preguntó a nadie en específico, observándose las manos - estoy muerta.

- Moriste, si - habló Narcissa - pero...

- Dígale a Draco que lo quiero, por favor - la interrumpió - dígale que lo amo, por favor, dígaselo.

- ¡Cállate! - cortó Narcissa sin sutileza - no estás muerta, mientras Bellatrix utilice su daga para matarte, volverás a la vida.

- ¿Qué es lo que quiere? - rugió Alyssa, tenía la boca seca y los labios agrietados con restos de la sangre que había derramado - ¿qué quieren de mí?

- De ti, nada - respondió mientras le acercaba un vaso con agua que había hecho aparecer - te usará para torturar a Draco, para que se una a él, para que no sienta nada.

- Máteme - dijo con demencia en los ojos - máteme, por favor.

- No puedo - le dijo, más para si misma - él nunca me lo perdonaría.

Alyssa estaba perpleja, aún sentía el acero sobre su cuello, la sangre brotar y escaparse de su cuerpo, no podía creer lo que estaba sucediendo. Recordó todas aquellas veces en que la torturaron, ninguna tan brutal como esta, ninguna tan cruel como las que estaban por venir.

- Ayúdeme, por favor, deme algo, lo que sea - dijo con decisión - lo haré yo misma.

- No lo entiendo - le recalcó Narcissa.

- ¿Qué es lo que no entiende?

- Una mocosa como tú, pudo entrar en el corazón de mi hijo - dijo con asco - Alyssa, la Ravenclaw que conquistó Slytherin.

La Ravenclaw que conquistó SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora