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Somos los imprudentes
somos la juventud salvaje
persiguiendo visiones de nuestro futuro

Antes de resbalar por la barandilla, sintió unas manos regordetas sujetar su muñeca y jalarla hacia arriba, cayendo sobre una masa de gran tamaño.

- ¿Estás loca? - dijo jadeando aquel chico robusto y gordo que segundos antes la había ayudado - ¡casi pierdo la mitad del cuerpo tratando de subirte!

- Sólo fui por mi boleto - dijo Alyssa con gracia levantándose del piso e ignorando las miradas de la gente - disculpa ¿crees que podrías ayudarme?

- ¿No he hecho bastante ya? - dijo el chico aún en el suelo - ¿qué es lo que quieres?

- Busco la estación nueve y tres cuartos - dijo Alyssa tendiéndole la mano.

- ¿Eres una hechicera? - le dijo, atónito - ¡podrías haber usado un hechizo para subir el boleto!

Alyssa comprendió en ese instante que aquel chico tenía razón, un hechizo de levitación habria ayudado mucho más que lanzarse a los rieles.

- No lo pensé - dijo con una risita nerviosa.

- Debes ser una inmunda sangre sucia - dijo una voz con tono despectivo a sus espaldas, para luego burlarse - el tren casi te hace puré de puerco, Crabbe.

Giró en dirección al muchacho, su cabello era tan rubio que se veía blanco, de cara larga y ojos azul grisáceo. Alyssa estaba acostumbrada a que la llamaran por todas las palabras (incluido los insultos) menos por su nombre, sólo lo ignoraba, y esta no sería la excepción.

- Debes atravesar la barrera - le dijo el muchacho antes de perderse por la plataforma invisible entre la estación 9 y 10

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- Debes atravesar la barrera - le dijo el muchacho antes de perderse por la plataforma invisible entre la estación 9 y 10.

Alyssa cogió su carrito y se adentró al interior de la estación, pudo divisar un tren antiguo de color caoba que humeaba nubes de color gris, fue hasta el tren y subió, guardó su maleta en el porta equipaje y se sentó en uno de los asientos vacíos de la cabina, sacó un pequeño aparato del bolsillo de sus pantalones y apretó una serie de botones, llevándose a su vez un par de auriculares a sus oídos.

- ¿Está ocupado? - le dijo una chica de aspecto nervioso, Alyssa negó y le hizo un gesto con la cabeza para que tomara asiento - es mi primer año en Hogwarts ¿es tan terrible como dicen?

- También es mi primer año en Hogwarts - le respondió Alyssa con amabilidad quitándose un auricular - he venido de intercambio desde Salem.

- ¿El instituto de Brujas de Salem? - preguntó la pequeña pelirroja con la boca abierta - mis abuelas fueron a esa escuela ¿es tan increíble como dicen?

La pequeña pelirroja cambió de inmediato su semblante, parecía estar interesada en Alyssa, o más bien, en el Instituto de Brujas de Salem.

- ¿Sabes hacer magia? - le preguntó la chica casi en un hilo de voz.

- Claro que sí - le susurró Alyssa mientras le guiñaba el ojo - pero me he dejado la varita en el equipaje.

- Esta es mi varita - le dijo la muchacha sacando un objeto alargado de su túnica - 33 centímetros, madera de fresno con pelo de unicornio - le señaló haciendo un movimiento de mano.

La agradable conversación con la chica de primer año, le dio a Alyssa una calurosa bienvenida para Hogwarts, luego del escándalo ocasionado en el Instituto de Brujas de Salem, esperaba que nadie volviese a hablarle en su vida, pero la pequeña pelirroja de nombre Katherina le alegró considerablemente el día, compartieron ranas de chocolate y grageas de todos los sabores, también algunos pastelillos de limón que la señorita Collins le preparó a Alyssa con tanto afecto la noche anterior.

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La canción del inicio es Youth de Daughter
Muchas gracias por leer❤

La Ravenclaw que conquistó SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora