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Toda mi vida
me he dirigido al infierno
pero nunca hubiera pensado
que te iba a arrastras también

Luego de que Draco preparara la cena, Alyssa llevó los trastes al pequeño fregadero y alzó su varita.

- Fregoteo - dijo, y los platos comenzaron a lavarse por sí solos - cuando vives sola, debes saber alguno que otro hechizo de este tipo.

- ¿Puedo usar el baño, Lyss? - le dijo Draco sonriéndole.

Luego de que Draco saliera del baño, Alyssa le entregó una toalla pequeña para que se secara las manos y el rostro, a la luz tenue, el rostro de Draco se veía perfilado y extrañamente hermoso, lo que a Alyssa le hizo sentir unas cosquillas en estómago, igual que la noche en que corrieron tomados de las manos.

- ¿Confías en mí? - le dijo Alyssa.

- Creo que sí - le dijo extrañado - ¿por qué?

- Debes dejar tu varita - Alyssa guardó la suya en su baúl de la escuela - vamos, o tendrás que esperarme aquí.

Confundido, Draco se deshizo de su varita y se la entregó a Alyssa para que la guardara junto a la suya. Nunca le había confiado su varita a nadie, pero estaba en su mundo, jugaba con sus reglas.

- Debes ponerte esto - le arrojó una sudadera ancha y negra con capucha - es la ropa del trabajo.

Alyssa hizo la misma acción y de deshizo de su cabestrillo, tomó unas píldoras para el dolor y se vistió con una sudadera similar a la que le había dado Draco.

Cuando salieron del callejón en el que le habían disparado a Alyssa la noche anterior, se volvió bruscamente y miró directamente a Draco a los ojos.

- No hables y haz lo que te diga - le dijo poniéndose la bandana sobre la nariz y haciendo lo mismo con Draco, era la primera vez que le tocaba el rostro - Draco, si hablas, podrías empeorarlo todo.

Draco sintió un pequeño cosquilleo cuando Alyssa rozó su rostro para ponerle la bandana sobre la nariz y sus mejillas se ruborizaron, dió gracias porque Alyssa no lo notara en la oscuridad ¿por qué se sentía así?

Alyssa se detuvo cuando llegaron a un bar de mala muerte, restos de cigarrillos y botellas de cerveza estaban esparcidos en la entrada.

- Contraseña - dijo un hombre de color a través de una ventanilla.

- Virtus est vita -  dijo Alyssa a través de la bandana.

''Poder es vida'' pensó Draco.

- ¿Y él? - miró a Draco.

- Viene conmigo - dijo Alyssa, mirando a Draco, el cabello platinado sobresalía de la gorra y sus ojos grises centelleaban con la luz, se veía realmente atractivo.

- Pasen - dijo el hombre de color - Gabriel te espera abajo.

Al entrar, Draco pudo sentir el olor a naftalina y químicos en el aire, sobre las mesas habías mujeres semidesnudas trabajando con polvos blancos que parecían harina, Draco no pudo desviar la vista, ya que los hombres comenzaban una riña entre ellos.

- No mires - le espetó Alyssa dándole un codazo en las costillas.

Alyssa abrió la puerta y dos sujetos de aspecto intimidador la cerraron detrás de Draco, quien no entendía nada de lo que estaba sucediendo.

- Praga, querida - le dijo un hombre gordo sentado en un sofá, quien estaba acompañado de dos mujeres que bebían tragos - el nombre, querida, el nombre.

- Ezequiel - le dijo Alyssa.

- Entrégale su paga - le dijo el hombre gigante a una de las mujeres que estaba a su lado - Praga, querida, ven a verme mañana.

La mujer que le entregó el dinero a Alyssa, tenía varias marcas de mordeduras en el cuerpo y un ojo morado, Draco la miró.

- ¿Qué me ves? - le dijo la chica, escupiendo sus zapatos.

Draco la miró con furia y empuñó las manos.

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La canción del inicio es We have it all de Pim Stones
Muchas gracias por leer❤

La Ravenclaw que conquistó SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora