Gina, la gallina.

112 39 38
                                    

Gina la gallina ponía huevos de oro. Era un ave ejemplar dentro de su corral. A todos les agradaba estar junto a ella, pues, aunque el resto no ponía huevos de oro, cuando estaban en su presencia sentían que daban más. 

Algunos la admiraban, a otros tan sólo les agradaba, mas nadie la odiaba. Era un ave perfecta, el hecho de verla a más de uno le fascinaba. Y cuando no se presentaba, su ausencia no era ignorada.

Un día, Gina la gallina decidió irse a otro corral. Quería más oportunidades, quería un lugar más tranquilo dónde estar. Y a pesar de extrañar a sus amigos, con pesadumbre los dejó atrás. Ella estaba segura de que no iba a regresar.

Gina la gallina... De ti aprendí muchas cosas. Gracias por ser tan empática, tan honesta y especial. Hasta el día de hoy aún pienso en ti, y me complace que hayas estado en mi vida; tú fuiste un ejemplo a seguir, un alma que nos daba alegría.

Espero que lo sepas, porque nadie lo podría negar. Ojalá tengas una vida feliz, y que el resto te sepa valorar.

FragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora