Tormenta

121 33 45
                                    

Días atrás, una tormenta me despertó en la noche. Los truenos retumbaban tan cerca, que me hacían estremecer del miedo. Llovía fuerte. El tejado parecía de paja y amenazaba con caerse en cualquier momento. Pensé que iba a morir. No exagero. En serio lo creí. 

Pero, de la nada, una infinita paz invadió mi ser; era yo mismo, arropándome, dándome confort.

¿En qué momento había ocurrido eso?

Aún recuerdo antaño, cuando abrazaba mi almohada imaginando que era alguien. Queriendo creer en una fantasía. La ponía en mi cintura, como si fuera un brazo que me protegía de todo; que me daba de su cariño.

Pero aquella noche, durante la tempestad, estaba tan tranquilo... Tan sosegado... Incluso empecé a reírme de lo bien que me sentía. Tal vez era la ironía de no necesitar compañía. El retrato de un niño que abrazaba a su almohada en busca de amor, ahora se abrazaba a sí mismo para darse calor.

Y aunque la posibilidad de morir estaba presente, me daba igual. 

Espera... No, no, no... No quería morir, pero no me importaba si ocurría.

FragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora