Espejismos

150 47 31
                                    

Por un momento olvidé el propósito de mi historia.

No lo pensé mucho y casi caigo en la deshonra.

Pero ya no soy un niño estúpido, nunca lo he sido;

lo que otros hacían por inercia, jamás lo he creído.


Qué raro es amarme a mí mismo.

Cada vez me importan menos los espejismos.

Y aunque parezca extraño, al parecer siempre estuvo ahí.

No me di cuenta hasta el día en que caí.

Sin embargo, no quiero tomar atajos.

En la vida hay derrotas y fracasos.


¿El tiempo cura las heridas?

No, fui yo el que tomó las riendas de mi vida.


FragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora