Presagio

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El primero sólo sonrió y eso fue suficiente;

el retrato quedó marcado en mi mente.

Años pasaron y se hizo evidente;

mi intuición resultó convincente.


De noche era cuando el segundo llegó.

Mi cerebro me lo dijo y mi corazón lo confirmó.

Pero al pasar el tiempo, todo se desplomó.

Lo que importa ahora es que ya terminó.


Sin embargo, un tercer presentimiento recorre mi interior,

inundando mi alma con un nuevo resplandor.

¿Esta vez será verdad o mentira?

Dicen que la tercera es la vencida.





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