Algo lindo, para variar.

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Después de la tormenta, las nubes se despejan; los árboles sonríen y la vida se festeja.

Por eso, en ocasiones, pienso que es bueno sufrir.

La añoranza de lo que fue, vuelve, y la podemos sentir.

Intento apreciar las sonrisas que me dedican.

Los abrazos, besos y cariño que me salpican.

Los amaneceres en los que no quiero salir de la cama.

Y las noches en las que no pierdo la calma.

El café que mi madre me deja en las mañanas.

Y la cálida luz que me inunda cuando abro las persianas.


Hoy vi una lagartija bebé.

¡Qué linda!


Quería ser su amigo, pero no sabía qué hacer.

Acerqué mi mano y pensó que la iba a comer.

Salió corriendo, sin dejarse atrapar.

Pero al menos me alegra haber visto algo lindo, para variar.

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