El odio

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El odio siempre está ahí, nunca desaparece.

Solo se esconde, aunque parezca disiparse.

Una hoja no vuelve a ser la misma luego de ser arrugada.

El dolor no se quita después de disculparte.

A veces ni siquiera te das cuenta,

y la inconsideración termina lastimando a alguien.

Pero te lo dije, ¿recuerdas?

Así que no digas que fue culpa de «nadie».

Tampoco esperes algo de mí.

Ya te lo dejé en claro.

Confórmate con lo que te di.

No quiero más reparos.

Estoy harto de tu mierda.

Están locos si creen que merecen más.

Sus argumentos no concuerdan.

Y no me lo pueden negar.

Así que déjenme en paz.

No me jodan.

No saben de lo que soy capaz si me incomodan.

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