Sádico

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Había una vez un carro que iba a tanta velocidad que, en un momento de descuido, el conductor perdió el control y se llevó a alguien por delante. Fue tan duro el impacto, que incluso después de que el auto parara, el cuerpo seguía pegado al parabrisas.

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

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