Un nuevo día se iniciaba con la aparición del sol en el cielo, el amanecer era de un tono violáceo precioso, parecía un lienzo blanco con cinco brochazos de pigmento morado. Cobain apenas había dormido, no estaba en su cama y no estaba Arlet con él. Cuando cerraba los ojos era inevitable ver los rostros de sus vecinos, los cadáveres tirados en el suelo y todo Osidia en el absoluto caos. Sus oídos pitaban con el pesar de Arlet antes de morir, sus súplicas y sus temores a la muerte, sus piernas a pocos metros de distancia bañadas en un charco de sangre y sus cristalinos ojos almendrados, mirando el cielo, inertes.
Sus compañeros tampoco habían podido pegar ojo, estaban podridos en el interior de ese bosque, huyendo de algo que no conocían. Bueno, realmente Azul y Vice aún no sabían que estaban huyendo y Cobain tenía que contarles todo lo que creía saber, pero, demasiada información de golpe colapsaría sus mentes, como había sucedido con la suya. Cobain estaba roto. Ya no se reconocía, las mentiras habían carcomido todo su ser hasta volverle completamente loco, o por lo menos, así se sentía él en esos momentos.
Azul y Vice estaban desorientados, no sólo sus cuerpos en ese bosque, sino también sus mentes. Azul aún parecía no aceptar la muerte de sus padres y actuaba como si tan solo tres amigos hubiesen hecho una escapada al bosque, pero que en unos pocos días volverían a su hogar con sus seres queridos. Vice en cambio esa mañana se encontraba mucho mejor que por la noche, Cobain lo vio muy conmocionado y afectado por lo ocurrido, aunque realmente le dio la impresión de que estaba desesperado por lo que vio en el colegio y no por la muerte de su padre.
Su padre era un cabrón, pero había fallecido, la muerte de una persona siempre es un hecho horrible, o por lo menos para Cobain. Él no podía entender como solo lloraba y lloraba por el suceso del instituto, parecía que aún no había contado todo lo ocurrido allí, no era posible que estuviese tan aterrado por tan solo hablar con una niña. Algo ocultaba, o tal vez todos ellos se estaban volviendo paranoicos, igual solo estaban buscando algún culpable para poder así calmar sus demonios.
–Traigo el desayuno– Azul volvía agarrando de sus patas traseras un conejo muerto, parecía orgullosa.–¿habéis descansado?
«Vaya pregunta» pensó Cobain mientras cogía el conejo que Azul le estaba ofreciendo sonriente.
–No.
–Bueno es normal, tus ojeras hablan por ti. –rio mientras se sentaba a su lado.
–Azul, tengo que hablar con vosotros.
Vice se encontraba a pocos metros de los dos jóvenes que en ese momento estaban prendiendo una nueva hoguera para cocinar su desayuno. Rápidamente el ancho pelirrojo se acercó a ellos algo confuso.
–Sabía que algo ocultabas mendigo.
–Vice cállate ya, déjale hablar.– Replicó ella algo molesta.
–¿Os fijasteis en cómo estaban derrumbadas las casas? Parecía que se habían pulverizado.–susurró Cobain mientras miraba el fuego– Los cuerpos de nuestros vecinos, estaban muchos en mitad de las calles, con posturas muy extrañas, como intentando escapar de algo–hizo una pausa para mirar a la pareja– sus heridas... muchas de ellas eran cortes superficiales. Como si muchos de ellos hubiesen sido torturados– sus ojos se entrecerraron levemente, los cuales miraron los cortes de sus dedos, ya cicatrizados– pero todos estaban rematados con uno o dos cortes profundos.
–¿Estas queriendo decir que los habitantes no murieron por él derrumbamiento? – Vice abrió los ojos con fuerza, expectante con la respuesta que podría darle Cobain.
–Estoy queriendo decir, que muchos de los habitantes murieron antes del derrumbamiento y que éste, solo es un encubrimiento de asesinato.
–Entonces...nuestros vecinos, mis padres... ¿todos murieron torturados? –Azul se estremeció.
ESTÁS LEYENDO
Tras la sangre
AdventureEl mundo ahora se rige por siete normas impuestas para proteger y salvaguardar el planeta y así, evitar la extinción del ser humano. La Ley de Orden Mundial. Solo existe un único gobierno absoluto y todos y cada uno de los continentes ahora forman u...