Caminaba por una enorme acera que aparentaba ser de plata. Agarraba entre sus dedos un maletín negro de cuero, recubierto con algunos símbolos geométricos de la enfermedad de Scilla. Miró hacia el cielo y gimió asqueado ya que había comenzado a llover y su sedoso y largo pelo negro se ensuciaría. Aceleró el paso y se adentró en el enorme Edificio de Cristal de Andrómeda. Era un rascacielos de lo más particular, donde se reunían gran cantidad de personas influyentes y políticos del gobierno de la LOM. Cuando las paredes de ese lugar lo protegieron de empapar su caro traje, se deshizo de su corbata dejando ver una enorme cicatriz horizontal en su cuello y caminó en busca del ascensor flotante del edificio.
La recepcionista lo saludó con una sonrisa y los guardias de seguridad le dejaron pasar sin gesticular palabra.El ascensor inteligente lo encontró y el hombre se subió con tranquilidad. En su interior, pronunció en alto y completamente afónico «Al despacho de Astrid Zeta Janner». Una voz robótica lo respondió con una pregunta«¿Contraseña?». El hombre algo molesto colocó su dedo pulgar en una ranura de cristal a su izquierda y el ascensor se puso en marcha a una velocidad sorprendente.
–Buenos días Eiden. Aunque no me alegra tu presencia. ¿No te dije que te quedases con esa banda callejera?
–Señora, Jade nos ha contactado, dice que todo está listo. Podremos pasar a la acción dentro de poco.–tosió tres veces de una forma horrible y carraspeó con molestia.
–Bueno, ya sabes lo que tienes que hacer. No me distraigas de mis compromisos.
–Sí, señora.–se acercó respetuosamente hacia la mesa donde se encontraba y prosiguió casi en un susurro–Aunque aún tenemos que discutir otros asuntos.
La mujer dejó de mirar la pantalla táctil que tenía a su lado y observó de arriba a abajo a Eiden. Asintió con seriedad.
–Deberías acostumbrarte de una vez a llamarme señora presidenta.–una media sonrisa se dibujó en su arrugado rostro maquillado.
[...]
–¿Cuánto tiempo más tendremos que estar manteniendo a esos niñatos?–musitó Lago con la mirada perdida y acariciando su enredado pelo teñido.
–El tiempo que haga falta. "El Oso" nos ha ordenado que cuidemos de ellos por tiempo indefinido.–respondió frunciendo el ceño Ian.
–El pelirrojo es muy atractivo–se relamió los labios de forma obsesiva–No me importaría que me cortase el cuello un hombre así.–río
–Que romántica eres Lago.
–¿Y tú? Me he enterado de que pasas mucho tiempo con el escuálido con ojeras.
–Tengo la misión de protegerlo, nada más.
–He visto como le miras Ian–sonrió perversa–creo que te recuerda mucho a...
–Cállate. No digas su nombre–la miró apretando los dientes.–Tendrás que ser amable con ellos Lago, no te queda otra–dijo cambiando de tema.
–Pero la rubia esa es horrible–se agarró del pelo gimiendo–quiero cortarla en trocitos Ian–lo agarró del brazo–¿Si nos traicionan me dejarás hacerlo? Dime que podré hacerlo...
–El que más me preocupa de ese grupito es el tal Vice.
–Es una pena...con lo guapo que es. Tendremos que tomar cartas en el asunto ¿no?
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Tras la sangre
AvontuurEl mundo ahora se rige por siete normas impuestas para proteger y salvaguardar el planeta y así, evitar la extinción del ser humano. La Ley de Orden Mundial. Solo existe un único gobierno absoluto y todos y cada uno de los continentes ahora forman u...