Capítulo 15

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Afuera, incluso a través de los ventanales cerrados, el mundo parecía frío. Cobain tenía apoyada la barbilla sobre sus rodillas y apretaba las piernas contra su pecho. Miraba el paisaje tras aquella enorme cristalera empañada sin dejar de morderse los labios, arrancándose los pellejos secos.
Su cabeza no paraba de dar vueltas, estaba preocupado por la salud de Vice y enfurecido con aquellas personas que lo retenían por la fuerza en ese estúpido cuarto.

El "armario" había decidido trasladarle a un cuarto mucho más amplio que el anterior, pero aún así era igual de claustrofóbico. La única diferencia entre ambas habitaciones era aquel enorme ventanal por el que miraba Cobain. El paisaje que podía apreciarse resultaba de lo más tétrico y apagado. Una larga calle gris, completamente deshabitada, a sus lados, la salvaje vegetación iba deformando todo a su alrededor, en el asfalto ya crecían diferentes hierbajos secos, feos y tristes. Todo estaba abandonado. Y todo aquello que estaba viendo era mentira.

Cobain llevaba ya varios minutos con la certeza de que aquella imagen tan solo era un miserable holograma a través de el cual, aquellas misteriosas personas le estaban haciendo ver lo que ellos querían que viese. Era bastante peligroso que Cobain pudiese saber en que lugar se encontraba retenido.¿Iban a ser tan ingenuos de trasladarle a una habitación con esa enorme ventana y pensar que no trataría de escapar?

La imagen que el joven podía ver del exterior era desoladora, un lugar en medio de la nada, vacío, deshabitado, muerto. Era una forma de debilitar su mente y hacerle pensar que aunque escapase, no podría huir a ningún lugar o pedir ayuda. Era una forma de evitar que hiciese estupideces.
«¿De verdad creen que soy tan tonto?»

Podría haber acabado con ese engaño tratando de romper el cristal, pero decidió no hacerlo. Aquello era demasiado impulsivo, una acción que podría hacer un niño pequeño enrabietado. Necesitaba trazar un plan, hacerles creer que estaba de su lado, tratar de ganarse su confianza para después huir de allí con Azul y Vice. Pero antes necesitaba reunirse con la pareja, necesitaba que Vice despertase.

Se tumbó en la cama, tal vez para forzarse a dormir, debía cerrar los ojos y tratar de conciliar el sueño, aunque sabía que seguramente alguna maldita pesadilla se lo impediría. Tocó con las yemas de sus dedos algunas cicatrices de su torso, apenas eran perceptibles. Le resultó extraño que en tan pocos días hubiesen desaparecido casi por completo. Recordó que era el mismo tipo de recuperación que cuando tomaba el "Caldo de Luna" que le preparaba Arlet. En ese momento era entendible, pero ahora era imposible que se recuperara de esa forma. De tanto pensar en aquello acabó completamente dormido.

Pasaron algunas horas en las cuales el sol acabó por desaparecer, seguramente ya sería de noche, o por lo menos eso decía el holograma de la ventana. Aún seguía con los ojos cerrados, pero ya no dormía profundamente. Un ruido lo despertó por completo, el sonido de la puerta al abrirse ya era conocido y por eso no se asustó. Tras ella el cisne negro apareció, pero su sonrisa no estaba por ninguna parte.

–¿Te he despertado?–mientras decía esas palabras se quitó su camiseta, sus movimientos eran realmente sensuales y delicados. Cobain no pudo evitar mirarlo perplejo, analizando cada parte de su piel como si le pagasen por ello y comenzó a sentir el ardor en sus mofletes.

–No... acabó de...–Cobain se calló enseguida cuando vio que Ian se llevó el dedo índice a la comisura de sus labios para indicarle que guardase silencio. Acto seguido, colocó su camisa encima de la cámara que los estaba grabando y apretó alguna especie de botón. Su cuerpo parecía una auténtica escultura griega, era realmente atractivo.

–Ya podemos hablar a gusto, bueno, por lo menos unos tres minutos hasta que vuelvan para ver qué está pasando.–su sonrisa apareció de repente iluminando toda la habitación, aunque parecía forzada.

Tras la sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora