3. Palacio

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Llegaron al Mermaid Café, encontrándose con Brook y Pappag, la estrella de mar.

El esqueleto se encontraba demasiado feliz al poder ligar con varias sirenas.

Luego, subieron a un pez taxi gigante.

Todos conversaban animadamente , pero Yara no prestaba atención, seguía afligida mirando todo a su alrededor.

-¿Estás bien? -preguntó Luffy poniendo su mano en su rodilla, ya que estaba sentado al lado de ella- Pareces triste.

-Esto...-murmuró Yara intentando buscar las palabras correctas para expresar como se sentía.

-No te preocupes, Pappag dijo que podíamos encontrar algo de carne -dijo sonriendo- Así que no tienes que estar triste, ¡De seguro pronto comeremos!

Yara soltó una ligera risa.

-Gracias, Luffy.

Mientras, Camie y Pappag relataban la historia de Vander Decken y su relación con la Princesa Sirena y el Rey Neptuno.

-Antes de la guerra, esta isla estaba protegida por los Piratas de Barbablanca, ¿Verdad, Yara? -habló la estrella de mar.

En ese momento, Yara tuvo ganas de tirarse del pez taxi hacia abajo, ¿Cuántas veces más iban a mencionarlo?

-Sí -dijo con firmeza, mirando a otro sitio.

-Pero ahora Big Mom la está vigilando, a cambio de grandes cantidades de dulces cada mes.

-¿Los trata bien? -preguntó Yara.

-Podría ser mejor, pero ya sabes, siempre es bueno estar bajo la bandera de un Emperador que te proteja. Si no estamos protegidos por alguien tan grande como ella, el país nunca sobreviviría.

-Pero si esa Big Mom los está protegiendo el lugar de Barbablanca, debe ser amable, ¿Verdad? -preguntó Luffy.

-No lo creo -respondió Yara- Big Mom no tiene fama de ser amigable. Además, si pide una compensación, esto debe ser un negocio para ella. Padre nunca pidió nada a cambio.

-Tienes toda la razón -se sumó Pappag.

"Quizás están mejor así, conmigo esta isla se iría al carajo, por mucho que tuviera la ayuda de Marco y el resto", pensó Yara.

Más tarde, llegaron a una tienda de la marca de ropa de Pappag, donde Nami regateaba con el vendedor para llevarse ropa más barata.

-¡Oye, Nami! -saludó Luffy.

Nami sonrió, saludándo al resto animadamente.

En compensación a lo que habían hecho ellos por Pappag hace dos años, él le permitió a Nami llevarse lo que quisiera de la tienda gratuitamente.

Pero nunca pensó que se lo llevarían todo.

Nami le eligió un montón de ropa a Yara.

-¡Te vas a ver maravillosa con este conjunto! -sonrió emocionada- ¡Y con este también!

-Es exactamente el mismo que tenía antes...

-¡Es gratis, Yara! -interrumpió Nami.

Finalmente, todos se llevaron enormes bolsas sobre sus hombros.

Pero un alboroto proveniente de la calle les llamó su atención.

Resultó ser nadie más ni nadie menos que el Rey Neptuno.

Yara sintió su estómago revolverse, bajó la cabeza escondiéndola en su capucha.

Quiso subirse a la bola de ropa que traía en su espalda y rodar en ella hasta perderse.

VOLUNTAD (Encontré mi One Piece II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora