22. Madre

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-¡Mierda! -exclamó la mujer, tomándose el bulto de su vientre.

Law se alarmó, aunque manteniendo su compostura y rostro impasible de siempre.

-¿Qué sucede? -preguntó.

-M-Me duele...

El cirujano palideció, soltando el libro de sus manos. Aún faltaba más o menos un mes para que el bebé naciera, si Yara daba a luz ahora, todo se volvería muy complejo para su hijo o hija.

-Quédate quieta -le ordenó acercándose a ella, tomó su katana que descansaba a un lado de su cama- Room. Scan.

Un brillo resplandeció bajo la atenta mirada del pelinegro. Yara cerró los ojos y respiraba profundo para controlarse.

-Todo se ve bien, es solo una contracción.

-He tenido contracciones antes, Law, esto ha sido peor.

-Y vendrán aún más peores. No me discutas -le respondió serio, pero a la vez aliviado- Deberías mantener reposo si no quieres que la fecha se adelante.

-Está bien -suspiró Yara.

-Iré a ver si Shachi cocinó algo, ¿Hay algo en especial que se te antoje?

Porque sí, los antojos de Yara durante su embarazo habían sido muy comunes y extravagantes a la vez, pero toda la tripulación hacía lo imposible por cumplírselos, incluido Law.

-Por ahora creo que nada -sonrió, pero le salió más una mueca.

-Oye, no te preocupes de nada, ¿Vale? -le dijo con tranquilidad- Todo está bien, no tienes que tener miedo.

-Sigo teniendo miedo de todo, ¿Sabes?

-El bebé está sano y vas a ser una buena madre, la cosa es bastante simple.

-¿Y que hay del mundo? Quizás lo van a perseguir, ¿Y si nunca puede vivir en paz?

-Nos encargaremos de eso, créeme.

-Me aterra pensar que la persona que atienda el parto pueda decir algo a la Marina o al Gobierno.

-No me preocuparía de eso.

-¿Por qué no?

-No hay forma de que yo vaya a decir algo.

-Estás loco si piensas que vas a atenderme tú.

-Quiero escuchar tus opciones, y más vale que sean buenas.

Yara calló.

-O soy yo, o es un desconocido en el que no confiamos. Tu escoges -espetó Law.

-¿Entiendes lo incómodo que va a ser?

-Tonterías, lo dices como si nunca hubiera visto el cuerpo de una mujer.

-¡Pues dudo que pariendo!

-Asistí partos hasta cuando era un niño, tonta.

Yara bufó, aunque fuera lo más incómodo y vergonzoso del mundo, definitivamente no tenían otra opción.

Las próximas semanas pasaron bastante tranquilas, con la excepción de las contracciones dolorosas que aparecían de vez en cuando y la pena de Yara al pensar que pronto conocería al último regalo que le dejó Ace, y el no estaría para tomar su mano y acompañarla en el proceso.

Dadan tenía a todos los bandidos trabajando en crear ropa y mantas para el bebé, sumado a una recolección exagerada de frutas para la futura madre ya que "debía alimentarse bien".

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Yara se vio en el espejo una última vez antes de salir a su cita. Odiaba tener que escoger ropa con la enorme panza que tenía.

VOLUNTAD (Encontré mi One Piece II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora