-¡Mierda! -exclamó la mujer, tomándose el bulto de su vientre.
Law se alarmó, aunque manteniendo su compostura y rostro impasible de siempre.
-¿Qué sucede? -preguntó.
-M-Me duele...
El cirujano palideció, soltando el libro de sus manos. Aún faltaba más o menos un mes para que el bebé naciera, si Yara daba a luz ahora, todo se volvería muy complejo para su hijo o hija.
-Quédate quieta -le ordenó acercándose a ella, tomó su katana que descansaba a un lado de su cama- Room. Scan.
Un brillo resplandeció bajo la atenta mirada del pelinegro. Yara cerró los ojos y respiraba profundo para controlarse.
-Todo se ve bien, es solo una contracción.
-He tenido contracciones antes, Law, esto ha sido peor.
-Y vendrán aún más peores. No me discutas -le respondió serio, pero a la vez aliviado- Deberías mantener reposo si no quieres que la fecha se adelante.
-Está bien -suspiró Yara.
-Iré a ver si Shachi cocinó algo, ¿Hay algo en especial que se te antoje?
Porque sí, los antojos de Yara durante su embarazo habían sido muy comunes y extravagantes a la vez, pero toda la tripulación hacía lo imposible por cumplírselos, incluido Law.
-Por ahora creo que nada -sonrió, pero le salió más una mueca.
-Oye, no te preocupes de nada, ¿Vale? -le dijo con tranquilidad- Todo está bien, no tienes que tener miedo.
-Sigo teniendo miedo de todo, ¿Sabes?
-El bebé está sano y vas a ser una buena madre, la cosa es bastante simple.
-¿Y que hay del mundo? Quizás lo van a perseguir, ¿Y si nunca puede vivir en paz?
-Nos encargaremos de eso, créeme.
-Me aterra pensar que la persona que atienda el parto pueda decir algo a la Marina o al Gobierno.
-No me preocuparía de eso.
-¿Por qué no?
-No hay forma de que yo vaya a decir algo.
-Estás loco si piensas que vas a atenderme tú.
-Quiero escuchar tus opciones, y más vale que sean buenas.
Yara calló.
-O soy yo, o es un desconocido en el que no confiamos. Tu escoges -espetó Law.
-¿Entiendes lo incómodo que va a ser?
-Tonterías, lo dices como si nunca hubiera visto el cuerpo de una mujer.
-¡Pues dudo que pariendo!
-Asistí partos hasta cuando era un niño, tonta.
Yara bufó, aunque fuera lo más incómodo y vergonzoso del mundo, definitivamente no tenían otra opción.
Las próximas semanas pasaron bastante tranquilas, con la excepción de las contracciones dolorosas que aparecían de vez en cuando y la pena de Yara al pensar que pronto conocería al último regalo que le dejó Ace, y el no estaría para tomar su mano y acompañarla en el proceso.
Dadan tenía a todos los bandidos trabajando en crear ropa y mantas para el bebé, sumado a una recolección exagerada de frutas para la futura madre ya que "debía alimentarse bien".
___
Yara se vio en el espejo una última vez antes de salir a su cita. Odiaba tener que escoger ropa con la enorme panza que tenía.
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VOLUNTAD (Encontré mi One Piece II)
FanfictionYara zarpa hacia el Nuevo Mundo junto a los Mugiwaras, para encontrar el One Piece en honor a Ace y Barbablanca, de quienes heredó su voluntad.