VOLUNTAD (Encontré mi One Piece II)

9. Plan

Yara no se dio cuenta en qué momento Luffy le tomó la delantera, y sí que la tomó, porque no pudo encontrarlo por ninguna parte hasta que llegó donde Caesar se mantenía oculto.

Dudó si entrar o no, tenía la certeza que estaría ahí por los planos que habían analizado junto a Law y la información que él mismo le dio, así que su disyuntiva era si buscar a su capitán, esperar a que diera con el lugar o atacar por las suyas.

-Lo lamento Luffy -susurró para sí- Pero no tenemos tiempo que perder.

Y de una sola patada derrumbó la puerta. Llamando la atención de todos los presentes; Caesar y sus sirvientes.

Y hablando de sirvientes, se veían como cientos y cientos.

-Tenemos visita -dijo el hombre gas con voz irónica- Atrápenla.

Vio una avalancha de hombres amarillos lanzándose sobre ella.

Pero ella utilizó su mejor arma.

Una ola de aura atravesó el lugar saliendo de su cuerpo, desmayando a casi todos los hombres.

Caesar se mordió la lengua, nervioso.

-¿Podemos terminar esto rápido? -dijo Yara suspirando- Mi último bento fue hace horas y ya tengo hambre.

-¡¿Estás faltándome el respeto?! -exclamó molesto, realmente era infantil a veces.

La mujer desenfundó su Red Ikari y se lanzó hábilmente sobre él.

-Gastanet -dijo Caesar haciendo explosiones con sus manos, siendo esquivadas por Yara.

El plan era secuestrarlo, así que debía noquearlo a como de lugar.

Se dirigió a su nuca, moviéndose rápidamente para evitar sus explosiones y sustancias venenosas que le lanzaba.

Logró proporcionarle un gran golpe con el mango de su espada, aturdiéndolo. Luego cortó su hombro.

Caesar gritó de dolor.

Yara guardó su espada, definitivamente no la necesitaría más.

Cuando iba a darle el golpe final para dormirlo, pudo divisar como sonrió.

-Karakuni.

Yara cayó al piso, desesperada. No podía respirar.

La sensación era de lo más abrumadora, jamás se sintió tan cerca de la muerte como en ese instante.

No había oxígeno, no entraba aire a sus pulmones. Comenzó a marearse.

Lágrimas salieron de sus ojos debido a la desesperación, mientras Caesar reía de lo más divertido por la escena.

Y escuchando esas risotadas, cayó inconsciente.

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Despertó algo desorientada y molesta, ya era la segunda vez que la dejaban knockout el mismo día.

Cuando se incorporó, notó que estaba sobre la espada de alguien.

-¿Y Caesar? -preguntó de inmediato.

-¿Ah? Despertaste -dijo Luffy, volteando su cabeza para verla y sonriendo cálidamente- Lo mandé a volar.

-Debemos secuestrarlo -le respondió débil.

-Ya no quiero atraparlo -dijo algo molesto, como un niño pequeño.

En fin, no iba a discutir con él. Ya se toparía con la ira de Law más tarde.