VOLUNTAD (Encontré mi One Piece II)

19. De vuelta al inicio

Hace dos años.

Luego de abandonar el barco de las Kuja, a Rayleigh y Luffy, Yara continuó el camino de cierta vivre card que tenía en su mano.

Pasó casi dos días navegando, cuestionándose qué debería hacer a continuación.

Divisó el Red Force a metros de ella. Un par de hombres en cubierta la vieron y dieron aviso de su llegada.

-¡Jefe! ¡Yara-chan ha vuelto!

Shanks salió a recibir a su hija con el ceño fruncido. No era buena señal de nada que volviese tan pronto.

Una vez ella estuvo en el barco, se acercó a saludarla.

-Volviste -le sonrió para ocultar sus sospechas- ¿Todo bien?

-Sí -sonrió ella de vuelta- Estoy mejor.

-¿Cómo está Luffy?

-Oh, ¿Realmente quieres saberlo? -rio- Está bien, al principio costó mucho que se estabilizara, estaba muy delicado de salud, y muy triste además -suspiró- Pero ya pasó, ahora va a ser entrenado por Rayleigh...

-¡¿Por Rayleigh-san?! -exclamó sonriendo.

-Sí -sonrió- Va a volverse más fuerte.

-Vi los periódicos, ¿Es cierto lo que dicen?

-Sí, voy a ser su estratega desde ahora.

-Genial, ¿Quién lo diría? -rio fuerte- ¡Ese llorón ahora es tu capitán!

Hicieron un pequeño banquete para darle la bienvenida y subirle los ánimos. Yara se sentía muy feliz de estar con ellos.

Cuando cayó la noche, padre e hija se sentaron en el borde del barco a conversar.

-¿Qué piensas hacer ahora? -preguntó el pelirrojo- No quiero que pienses que te estoy echando, solo quiero saberlo. ¿Esperarás a Luffy con nosotros?

-No lo creo -suspiró- Papá, hay... algo que debo decirte.

-¿Qué sucede?

-Yo... estoy embarazada.

Un silencio los invadió. Solo se escuchaban las olas del mar.

La cara de sorpresa de Shanks era algo que jamás ella había visto antes.

Intentó recuperar el aire, tomando su cabeza con sus manos.

-¿Voy a...? -esbozó una sonrisa mientras respiraba fuerte- ¿Voy a ser abuelo?

-S-Sí...-dijo Yara en un hilo de voz.

Y fue cuando Shanks cayó en cuenta de que esa no era una buena noticia.

Ella estaba sola, rota, su esposo acababa de fallecer.

En cualquier otro momento se hubiera emborrachado a más no poder a modo de celebrar, pero ahora la situación era diferente.

-Ay, hija...-la abrazó y ella rompió a llorar.

Lloró como una bebé en los brazos de su padre. Luego de largos minutos, cuando su llanto decreció, le volvió a hablar.

-Hija, ¿El bebé está bien? -preguntó mientras acariciaba su cabello- ¿Sabías que estabas embarazada y fuiste así a una guerra?

-No, no lo sabía -secó sus lágrimas- Law me dijo después. Me dijo que estaba sano, menos mal.

-¿Como te lo dijo?

-Digamos que tiene una fruta peculiar... Y es médico.

-¿Y sabes cuanto tienes?