11. Coliseo

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Su sonrisa, un verdadero espectáculo que te dejaba completamente atrapada, sin posibilidad de desviar la mirada aunque fuese por un solo segundo.

Dios, como extrañaba esa sonrisa.

-¡Oye! -su voz la sacó de aquel trance- ¿Qué te sucede? Vamos a comer.

-S-Sí, lo siendo -rio la mujer, poniéndose de pie para acompañar a su esposo.

-Parece que tu mamá despertó algo abrumada hoy -le dijo a una pequeña niña a su lado- Ve a darle un abrazo.

Ella hizo caso, corriendo a envolverla con sus pequeños bracitos.

Yara se puso de cuclillas, recibiéndola con una sonrisa. Era realmente hermosa, destacaba en ella ese pelo negro y pecas, idéntica a su padre.

-Ace -habló tomando a la niña en brazos- ¿Te quedarás conmigo para siempre?

El la miró con una mueca bastante chistosa.

-¿Qué pregunta es esa- rio fuerte- Claro que estaré contigo. Bueno, con ustedes.

Dicho eso, las abrazó a ambas.

-Yara, despierta...-escuchó que le dijo en el abrazo.

-¿Qué...?

-Yara... ¡Yara!

Abrió sus ojos de golpe, encontrándose con Luffy frente a ella.

Todo había sido un sueño.

-Lo siento, me quedé dormida -murmuró tallándose los ojos.

-¡Gané! ¡Shishishi!

-¿En serio? -dijo su amiga con una sonrisa.

-Claro. Oye, había un viejo que conocía al abuelo -se cruzó de brazos, frunciendo el ceño como si intentase recordar los detalles- Creo que lo derrotó, y ya no tenía su cabeza puntiaguda, pero lo golpeé y ahora sí la tiene -explicó haciendo los gestos de una cabeza en punta.

-Ah... -respondió Yara sin entender nada.

Escucharon un ruido proveniente del final del pasillo.

-¡Qué mal! -se quejó Luffy- No podemos estar en paz en ninguna parte, no sé como dormiste aquí.

-Lucy -los interrumpió una voz femenina- Por aquí...

Ambos se miraron y decidieron seguirla.

-¡Soy Rebecca! -se presentó mientras corría- Tienen muchos enemigos, escuché que te estaban buscando para matarte -se dirigió a Yara.

-Rutinario -enarcó una ceja.

-¡Síganme! Sé donde podrán estar más seguros -dijo la mujer.

Yara decidió no desconfiar de ella, suspiró intentando sacar pensamientos negativos de su mente.

Inútilmente.

Porque una risa hizo que parara en seco, y quedase paralizada.

A su derecha, estaba Burguess otra vez. Pero ahora, sostenía un Den Den Mushi en su mano, sabiendo de sobra quien se encontraba al otro lado.

Luffy se paró a un lado de ella, mirando con furia a aquel hombre por lo que había ocurrido antes.

-Espere un momento, Capitán -dijo Burguess riendo- No me creerá a quien tengo aquí. La Princesa y Sombrero de Paja.

-¿Eh? ¿Están allí? ¡Mi querida Vicecapitana, cuánto tiempo! Pensé que había desaparecido con su esposo. Oh, esperen, ¡Está muerto! Ahora solo te queda participar en una tonta competencia para conservar su último recuerdo. Patético, ¿No crees?

VOLUNTAD (Encontré mi One Piece II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora