25. Partida

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Rouge había cumplido hace un tiempo un año. Balbuceaba ciertas palabras como "Mamá" o "ñamñam" que era para dar a entender que tenía hambre y ya caminaba un poco.

Law y Yara daban por finalizada la creación del plan perfecto para derrotar a Kaido. Y debían comenzar a ejecutarlo ya.

La mujer sentía una gran pena al saber que pronto debía dejar esta "vida". Ver a Law y Rouge jugando, estando en un lugar seguro, compartiendo con gente hermosa la hacía inmensamente feliz.

Pero tenía una promesa y un sueño que cumplir.

Mientras Yara se despedía de la tripulación Heart, miró de reojo como el capitán le hacía mimos y le sonreía sutilmente a la pequeña a modo de despedida. Luego se acercó a su amiga.

-Nos veremos pronto -le dijo Law- No vayas a arrepentirte.

-¿Arrepentirme? -enarcó una ceja la mujer- Más vale que sobrevivas. Llegaré pronto, lo prometo.

No aguantó y le dio un abrazo, el cirujano se sorprendió un poco.

-Gracias por todo -dijo Yara con la voz quebrada- No podría haber hecho nada sin ti.

Law le correspondió el abrazo.

-Gracias por permitirme acompañarte. Estaré esperando por ti.

Ella asintió, mirando como subía al barco.

Dadan le entregó en los brazos a Rouge, quien no quitaba sus ojos de Law.

Ambas sonrieron mientras el submarino se alejaba, moviendo de lado a lado sus manos para despedirse.

Meses luego, era el turno de Yara.

Los últimos días los aprovechó al máximo, sabiendo que luego no la vería probablemente nunca más.

Se pasó horas en vela escribiéndole cartas, contándole historias y expresándole lo mucho que la amaba. Así, si ella no volvía, podría hacerse presente en la vida de su hija de alguna forma.

Preparó todo para zarpar. Era de madrugada, Rouge dormía placidamente.

-El mundo es un lugar terrible -le susurró su madre, acariciando suavemente su rostro para no despertarla- Pero te prometo que haré todo para que sea un mejor lugar para ti. Crearemos una era donde puedas vivir feliz y tranquila... Lo prometo.

Sonrió entre lágrimas.

-Volveré pronto, hija mía -besó con cuidado su sien.

Abandonó la casa donde estaban Makino y Dadan, listas para decir adiós.

-Cuídate mucho -la abrazó Makino- Nosotros nos haremos cargo de ella, tu ve tranquila, ¿Sí?

Yara asintió en el abrazo.

-Salúdame a Luffy, apuesto que está muy grande y maduro.

-No lo creo -interrumpió Dadan- Será un idiota toda la vida. Pero tu estarás ahí para cuidarlo.

-Lo estaré -dijo para luego abrazarla a ella- Gracias por todo, a ambas.

-Gracias a ti, por traerme un nuevo motivo para seguir viviendo -respondió la pelinaranja con lágrimas en los ojos.

-Les prometo que pronto oirán de nosotros -les sonreí.

Se subió a su pequeño bote, sintiéndose nostálgica. Años atrás había dejado la villa de esta misma manera, recordó cuando Ace y Luffy se despidieron de ella.

Mientras se alejaba, movió sus manos en señal de despedida.

Miró su log pose en su muñeca, quedaba un largo camino hacia el Archipiélago Sabaody. Pero estaba ansiosa de volver a ver a Luffy y ver lo fuerte que se habría vuelto, y también de navegar el mar con los Sombrero de Paja.

VOLUNTAD (Encontré mi One Piece II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora