VOLUNTAD (Encontré mi One Piece II)

21. Tu era

Pasaron semanas en que Yara y Law se concentraban en crear el plan perfecto para ir tras Kaido. Los de la tripulación Heart estaban encantados con tener una vez más a Yara con ellos, y ni contar como Bepo y los demás buscaban cualquier excusa y momento para tocar y acariciar el abultado vientre de ella.

-¡Hola! ¡Soy el tío Bepo! -decía de una manera dulce a la pancita.

-Eres el tío más feo que existe, muévete -lo empujó Shachi- Yo seré el mejor tío. ¡Hola bebé!

-¡Eso no es verdad! -le gritó Penguin- Déjame saludarlo.

Pero a decir verdad, el que tenía el bebé por favorito no era ni más ni menos que Law.

Un día, mientras Law explicaba los mapas de Dressrosa que había logrado conseguirse, el momento más ansiado por la misma Yara llegó.

-La fábrica debería ser esta, entonces el plan...

-¡Espera! -exclamó, tomándose el vientre.

-¿Ocurre algo? -el chico se preocupó por su repentina acción.

-Se... se movió -dijo algo incrédula- Sentí que se movió.

-Claro que va a moverse, es un ser vivo...

-Jamás lo había sentid...

Una patada desde dentro volvió a interrumpirla.

-Law... -susurró con los ojos vidriosos- Toca...

Tomó la mano de su amigo y la puso en su panza. Pasaron largos segundos y nada ocurrió.

-Vamos, muévete otra vez -le habló Yara al bebé.

-Deja, ya lo avergonzaste -dijo Law con ironía.

Días luego, ya había sentido mucho más seguido los movimientos y patadas del bebé. Se encontraban ambos nuevamente en el Polar Tank.

Ambos estaban concentrados mirando el informe de la marina sobre la isla Punk Hazard. Hasta que nuevamente sintió movimientos.

Esta vez Yara no dijo nada, solo tomó la mano de Law y la guio hacia su barriga.

Law continuó hablando, hasta que el mismo sintió una patada.

Ambos se miraron emocionados.

Law, preso de la emoción, se acercó al vientre de Yara poniendo su oído en él.

-Háblale...-le dijo su amiga- Te lo juro, cada vez que hablas él se mueve...

-Ho-Hola...-le dijo, cerrando los ojos para ocultar su vergüenza- Hola.

Sintió movimientos, aunque leves.

No iba a engañarse a sí mismo, se estaba encariñando de un ser que aún ni conocía.

[...]

Yara se levantó de muy mal humor. No había podido conciliar el sueño gracias al inquieto bebé que no le permitió dormir.

-Yara-chan, buenos días -la saludó Makino- ¿Te encuentras bien?

-Solo tengo sueño, dormí muy mal -suspiró- No dejó de moverse en toda la noche.

-Vaya -se lamentó- Eso es muy común los últimos meses. Te prepararé desayuno.

-Tranquila, yo me encargo -le sonrió.

-¿Y Law-kun?

-Ha ido de compras al Reino de Goa. Creo que volverá mañana o en dos días.

-¿Entonces podrás ayudarme en lo que te pedí? -preguntó.