La chica Tiwa también se había quedado mirándole disimuladamente, ya que estaba caminando junto al resto de su grupo. De repente, recordé la conversación que Tay y ella habían tenido, lo cual hizo que abriese sorprendido mis ojos de par en par. La intensidad y velocidad de los latidos de los corazones de ambos fueron los que me confirmaron que, Josh, era quien estaba viéndose con Kya.
—Joshy, vamos —dijo Jane a la vez que cogía a su primo de la muñeca para tirar de él.
—¿Eh? —le miró una vez reaccionó—. Sí, sí... —asintió y se volteó para echar a andar hacia Tim, quien les estaba esperando a unos metros de nosotros.
Me quedé contemplando cómo se marchaban, pensando en todo lo que acababa de ser testigo. Si Josh era el hijo del famoso cazador y, Jane, su prima, ¿eso significaba que mi amiga también descendía de la familia de los cazadores?
—No puede ser... —susurré para mí mismo mientras me volteaba hacia el banquillo para coger mi bolsa de deporte—. O sí... —giré mi cabeza para ver de nuevo a mis amigos, pero estos ya habían desparecido de los alrededores. Solté un suspiro y me encaminé al vestuario.
Nada más regresé a casa, subí corriendo las escaleras para ir a mi habitación y contarle a Tay lo que acababa de descubrir, aunque eso significara confesarle que había escuchado su conversación con Kya.
—¡Tay! —exclamé al abrir la puerta con brusquedad. Le busqué con la mirada, pero no estaba en la cama ni en el escritorio, así que me adentré un poco más para ver si se encontraba en el hueco del ventanal, ya que le gustaba mucho ese sitio—. ¿Tay? —murmuré extrañado y algo dolido al pensar que se había ido sin decirme nada o ni si quiera esperarme.
—¡Buh! —exclamó detrás de mí, rodeando mi cintura con sus brazos.
—¿Dónde estabas? —pregunté confuso, girando un poco mi cara para poder mirarle.
—¿Te he asustado? —contestó con una sonrisa pícara.
—No —rodé los ojos.
—Ya, claro... —respondió no muy convencido a la vez que yo me volteaba entre sus brazos para ponerme frente a él.
—Tay, tengo que... —intenté decir, pero el moreno no me dejó continuar, ya que pegó sus labios a los míos y comenzó a besarme con ganas. Una ganas a las que no pude negarme.
Cerré los ojos para disfrutar más aún del roce de su boca con la mía mientras comencé a andar hacia atrás, siendo guiado por él, hasta que mi espalda chocó contra una pared. Se fue separando lentamente a la vez que ambos abrimos los párpados, los cuales dejaron al descubierto unos ojos brillosos llenos de pasión. Iba a intentar hablar de nuevo, pero Tay agarró mis muñecas para retenerme y bajó sus labios por mi cuello, en el cual empezó a repartir unos besos húmedos que hicieron que mi cuerpo fuera alborotado por unas incesantes cosquillas acentuándose, sobre todo, en mi vientre bajo.
—¿Qué haces? —murmuré ahogado, disfrutando de ello.
—Lo que quiero —susurró sin despegar su boca de mi piel—. ¿Acaso quieres que pare? —subió sus manos por mis brazos hasta dejarlas en mi pecho.
—No —solté un pequeño jadeo que hizo que hincara sus uñas, y que estas atravesasen la tela de mi jersey—. Pero vamos muy rápido —intenté decir lo mejor posible para que no le sentara mal.
Tay se separó lentamente hasta que clavó sus ojos en los míos, con una mirada arrepentida.
—No te confundas —dije alarmado, llevando mis manos a sus mejillas—. Me gusta que lo hagas, de verdad, pero a penas me ha dado tiempo a asimilar lo ocurrido anoche —le dediqué una sonrisa tierna.
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LUNA LLENA
Werewolf{boyslove} La llegada de Aiden Gold a su pueblo natal, Dark Hills, supondrá un cambio radical en su vida. A pesar de que pensaba que el tener que vivir de nuevo con su padre, al cual no veía desde hacía diez años, iba a ser una pesadilla, su realida...