Capítulo 30.

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Mis queridos lectores:

Mi Instagram: @anonywattpad

AQUÍ OS PRESENTO EL FINAL DE ESTA HISTORIA. ESPERO QUE LO DISFRUTEIS COMO LLEVÁIS HACIENDO DURANTE LOS 29 CAPÍTULOS ANTERIORES.

PD: NO QUIERO LÁGRIMAS, EH.

Hecho con mucho cariño,

Anony.

Pasaron varios días desde la noche en la que vencimos a los cazadores. Unos días en los que creamos una nueva realidad ya sin ellos. Los Tiwa al fin sentía la libertad de ser como siempre habían querido, es decir, habitantes de Dark Hills que podían tratar con sus vecinos. Estos, al principio, estuvieron algo reacios, ya que los de la reserva siempre habían sido personas bastante misteriosas para ellos, pero tan sólo hicieron falta algunos días para que se diesen cuenta de su amabilidad.

En cuanto a los hombres lobo, después de que se recuperasen del ataque en forma de emboscada por parte de los cazadores, podían sentirse bien con ellos mismos, ya que podían transformarse por las profundidades del bosque sin el miedo a que les disparasen para atraparlos o, peor aún, matarlos. Tay y yo, puesto que ya formaba oficialmente parte de la tribu, nos uníamos de vez en cuando a ellos. Me encantaba aprender nuevos trucos de los más viejos, al igual que pelear de broma con los jóvenes, sobre todo, con Kenai. En ese tiempo, inesperadamente, se nos unió Naike, la pequeña del grupo, la cual se transformó en una preciosa chica loba. Nada más ocurrió, Tay supo que la quería en su manada. Si Kenai siempre había sido como su hermano pequeño, Naike era su debilidad, se podía apreciar tan sólo con ver cómo le miraba.

Antes de la partida de Jane y Josh, organizamos una pequeña reunión con ellos en el Bam's, a la cual asistimos Kenai, quien se invitó solo con la excusa de que él tambien había formado parte del escuadrón de lucha contra los cazadores, Kya, Liam, Tay, Tim y, evidentemente, yo. Nos lo pasamos realmente genial, pero cuando se acercó el momento de irnos, el ambiente se entristeció al saber que había llegado la hora de las despedidas. Tim incluso llegó a soltar un par de lágrimas por Jane, aunque este intentase negarlo cuando yo le pregunté si estaba llorando. Pero, como era obvio, los que más destrozados estaban, eran Kya y Josh. Sus cuerpos se estaban viendo obligados a separarse, aunque todos los allí presentes fuimos testigos de que no iba a ocurrir lo mismo con sus almas. Las muestras de cariño de Josh a su chica así nos lo demostraron. Al contemplar aquello, fui yo quien quiso llorar. No sólo por presenciar tan emotiva escena, sino por imaginar que a mí me pasara lo mismo con Tay. Seguramente, no me lo podría haber tomado igual de maduro que Kya.

Respecto a nosotros, desde que había acabado todo, apenas nos separábamos. Ambos estábamos felices por ello, ya que era lo que tanto ansiábamos desde hacía tiempo; el poder estar juntos cuando y donde fuese, sin miedo a que la gente se extrañara de ver a un chico normal con un Tiwa o que los cazadores nos descubriesen. Además, el que los ancianos de la tribu me recibieran con los brazos abiertos, hizo que pudiera disfrutar de pasar más tiempo en la reserva, conociendo más a todos sus habitantes y pudiendo presenciar sus tan hermosos rituales y sus tan vivaces celebraciones.

Aquel día era viernes y nos tocaba entrenamiento por la tarde. En cuanto al entrenador Morgan, mi padre y el de Liam hablaron con él para que disculpasen nuestra huída repentina de un partido tan importante, pero que alguien muy querido se estaba debatiendo entre la vida y la muerte. Aquello no fue verdad del todo, pero en parte representó todo lo que vivimos esa noche. El entrenador Morgan, a pesar de que se creyó la excusa del shérif y su agente, no tuvo compasión alguna con nosotros. Los días siguientes tuvimos que hacer doble entrenamiento para compensar el que se hubiera quedado sin sus dos jugadores estrellas. A todo aquello tuvimos que dar gracias a que ganaron de todas formas, no queríamos llegar a imaginar qué habría sido de nosotros si no hubiera pasado así.

LUNA LLENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora