Jade ha conseguido un trabajo de medio tiempo en un restaurante cerca de HA como camarera, para sorpresa de su padre y hasta de ella misma, la gótica se ha relacionado muy bien con sus compañeros de trabajo e incluso con los clientes, en especial con una pareja de ancianos que suelen ir a comer allí cada tres días.
¡Tintín! ¡Tintín! ¡Tintín!
La gótica gira su cuerpo en cuanto la campanilla de la puerta avisa la entrada de una nueva persona al establecimiento, esboza una tierna sonrisa al reconocer a su novia, la mitad latina la saluda con un ligero movimiento de muñeca al mismo tiempo que le dedica la mejor de sus sonrisas, esas que son exclusivamente para la pelinegra.
Tori es consciente que aun faltan algunos minutos para que el turno de su novia termine, toma asiento en una mesa para pedir algo de tomar en lo que hace tiempo, gracias a eso la gótica se toma unos segundos para detallar la vestimenta de la morena. Unos jeans azul claro que se amoldan perfectamente a las largas piernas de la castaña, en la parte superior un suéter de lana en color pardo y una zapatillas deportivas en el mismo tono.
Al contrario de lo que cree Tori, Jade ya ha terminado con sus deberes lo único que espera es que de su hora de salida para correr a los brazos de su linda novia, novia con la que quedo de ir al cine después del trabajo.
—¿Ya termino tu turno?— pregunto Remy, el encargado del restaurante.
—No, salgo en diez minutos— respondió.
Jade no puede evitar mirar a la castaña cuando da su respuesta, cosa que el rubio nota. En las cuatro semanas que la gótica ha estado trabajando, la morena ha ido a recogerla, algunas veces la espera afuera del local, pero en otras entra y pide algo de tomar para hacer tiempo.
—Acompáñame a la bodega por unas cajas y podrás irte antes— propuso.
No necesito decirlo dos veces cuando la pelinegra ya estaba camino a la bodega, el rubio no pudo mas que reír de la acción apresurada de Jade.
Tori estaba tan concentrada en su conversación con André sobre quien de los dos podría consumir más limonada rosa sin necesitar ir al baño que no noto como a unos metros de ella un sujeto intentaba propasarse con una de las camareras, no fue hasta que la chica grito que la morena levanto la vista de su peraphone para encontrarse con que un hombre de no más de treinta años quería tocar las piernas de una castaña de tez casi tan blanca como la de Jade.
Con el simple nombre de la gótica apareciendo en su mente la morena se levanto de su asiento e inmovilizo al sujeto, las clases de defensa personal que su padre la había obligado a tomar al fin sirvieron de algo. El hombre estaba tan ebrio que no pudo ni meter las manos cuando la mitad latina con una llame lo tiro al suelo, rápidamente otra de las camareras se acerco a su compañera e intento tranquilizarla.
Tanto Remy como Jade vieron todo pasar muy rápido frente a sus ojos, la gótica sabia de las clases de defensa personal de su novia pero nunca se imagino que Tori fuera tan buena. Remy ayudo a la morena a sacar al hombre del local.
—Puedo agradecerte muy bien— fue la sugerencia de Grace, la chica que había sido molestada por el borracho.
Tori se sintió incomoda con ese comentario, realmente ella no esperaba nada a cambio, solo había querido ayudar porque se imagino a su novia en la misma situación y no le agrado.
—Emm... no todo esta bien— le regalo una media sonrisa.
—Mi turno acaba en unos minutos— acaricio su mejilla —Podemos divertirnos un poco— sugirió nuevamente —Por lo menos déjame agradecerte como se debe— insistió, Tori intentó alejarse pero chocó con una silla provocando ruido y ganándose miradas curiosas.
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One Shots - Multifandom
FanfictionPequeñas historias de mis ships favoritos. De todo un poco.