One Shots - Multifandom

Quizás para siempre - Jori

Apenas Tori estuvo en el campo de visión de Jade, fue imposible para la pelinegra quitarle la mirada de encima.

Algo que se había vuelto normal desde hace ya tres meses, o quizás un poco más.

La morena levantó la vista del viejo menú que le ofreció Festus, solo para encontrarse con los ojos oceánicos que se habían vuelto sus favoritos.

De la infinidad de cosas que Tori adoraba de Jade, sin duda sus ojos eran parte de su top tres. Esos orbes que parecían cambiar de color al mismo tiempo que las emociones de la gótica.

Algo inusual, pero extremadamente encantador para la morena.

André chasque sus dedos frente a la pelinegra, en un intento por volver a captar su atención, no lo hubiese intentado si no fuese demasiado importante para él la opinión de Jade sobre su proyecto final de la clase de guion. Clase en la que Jade era acreedora a la nota más alta, razón por la que estaba exenta de dicho proyecto.

—¿Puedes dejar de comer con la mirada a mi mejor amiga y ayudarme con mi trabajo?— pregunto el moreno.

La mirada que le dio la gótica fue suficiente para que el chico de rastas se achicara en su sitio.

Una sonrisa orgullosa se formó en los labios de Jade, aún conservaba su toque.

Los ojos oceánicos volvieron a concentrarse en las hojas esparcidas por la mesa, su ceño se frunció en concentración.

—No es totalmente una basura— comentó reordenando todo.

Eso pareció suficiente para André que sonrió feliz de lo dicho por su amiga, el ya daba por hecho que pasaría la materia.

—Gracias— habló mientras guardaba su tarea.

Como respuesta obtuvo un asentimiento.

Los ojos de Jade vagaron por las mesas cercanas hasta terminar en el camión de comida, sus cejas se unieron en una línea recta al no encontrar a la morena allí.

¿Donde diablos se había metido Vega?

Si apenas había apartado los ojos un par de minutos.

Unas manos en sus hombros la hicieron tensarse, pero en cuanto el olor a vainilla y coco llegó a sus fosas nasales todo volvió a la normalidad.

—¿Buscabas a alguien?— preguntó Tori tomando asiento junto a la ojiazul.

La sonrisa burlona en el rostro de la morena le indicó a Jade que había sido pillada en su tarea de mirar a Tori "discretamente".

—Si, a una chica bastante parlanchina— ella también podía jugar.

Una ligera riza salió de la castaña, amaba la forma en la que Jade siempre tenía algo que decir, como si estuviese preparada para atacar. Le parecía sexi.

—¿Y es bonita?— levantó sus cejas sugerentemente.

Por supuesto no dejaría escapar esa pregunta, no después de que Jade le confesara que le parecía bonita, quizás lo dijo de una forma poco romántica, pero el punto era que la veía bonita.