La cometa - Jori

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Tori cito a la gótica para verse después de clases, le había dicho que tenia una sorpresa para ella, cosa que provoco que sus nervios incrementaran, si de por si se sentía nerviosa por estar a solas con la chica, ahora debía agregarle que la castaña tenia una sorpresa, quizás un obsequio y ella no tenia nada para dar de vuelta.

Tal vez eso no le importaría si se tratase de otra persona, pero con Tori siempre era diferente, por alguna extraña razón la mitad latina era la excepción a tantas de sus reglas, ni siquiera Beck en el tiempo que habían estado juntos había llegado tan lejos, y eso la asustaba de sobremanera. Tori no era nada suyo, pero se sentía como si lo fuera.

Jade no era idiota, sabia que sentía cosas por la morena, sin embargo, cada que esos pensamientos comenzaban a asomarse los enviaba de vuelta a lo más profundo de su cerebro, no se sentía capaz de enfrentarlos, menos cuando estaba segura que no seria correspondida.

Como podía serlo si no había hecho más que molestar a la morena, portarse como una idiota con la única persona que desde el primer día le demostró que estaría a su lado a pesar de las circunstancias, que seria incondicional. Ella misma había creado una barrera entre ambas, una demasiado alta y resistente.

A paso lento la gótica camino hasta el parque que estaba a unos diez minutos de HA, según el mensaje de la morena ella estaría esperándola allí. Jade no podía evitar sentir su corazón acelerarse con cada paso que daba, no era la primera vez que le sucedía, cada vez que estaba cerca de la morena le pasaba lo mismo e incluso a veces con solo escuchar su nombre.

Tori tenia ese efecto en ella, la volvía débil, blanda.

Por un lado odiaba que alguien tuviera tanto poder sobre ella, pero por el otro adoraba el poder sentir algo más que desprecio por alguien. Dicho de otra manera, la morena era la chispa que le hacia falta a su vida, ese alguien que llega para mejorarla.

—Tonta Vega, tonta Vega...— murmuro entrando por una de las puertas del parque.

Jade escaneo el parque con la mirada, encontrando a la culpable de sus nervios de pie bajo la sombra de un enorme árbol, respiro profundamente antes de caminar en su encuentro.

Tori estaba tan concentrada en mantener la cometa en los aires que no se percato de que alguien se había parado detrás suyo, fue hasta que la voz de Jade llego a sus oídos que se dio cuenta que no estaba sola. La morena correspondió al pequeño saludo de la gótica con un corto "Hola" acompañado de una resplandeciente sonrisa, sonrisa que Jade veía hasta en sus sueños.

—Así que me citaste en este feo parque, ¿para?— hablo la gótica, no quería ser grosera pero quería saber cual era la sorpresa que le tenia la morena.

Tori la miro, una mirada fugaz pero lo suficiente para apreciar lo bella que estaba su compañera de clase, una belleza que la morena consideraba extraordinaria.

—Bueno... yo-yo estuve ayudando a mi madre con algunas manualidades el fin de semana— la pelinegra asintió para que continuara —Entonces, creí que seria buena idea repararlo— la mirada de la morena estuvo todo el tiempo en el suelo, no se sentía tan valiente para mirar los hermosos orbes color verde de Jade.

La pelinegra asintió a pesar de que Tori no la estaba viendo, al darse cuenta de eso se aclaro la garganta antes de hablar.

—Entiendo, ¿pero que reparaste?— pregunto curiosa.

Tori giro su cabeza tan rápido que su cuello trono, la gótica llevo una de sus manos hasta la zona afectada y comenzó a dar un leve masaje, la morena cerro los ojos por lo bien que se sentía el contacto de las suaves manos de Jade con su cuello. Pero tan pronto las caricias cesaron sus ojos se volvieron a abrir, las mejillas de Jade estaban un poco sonrojadas, debido a la acción que acababa de hacer sin habérselo pensado dos veces antes.

Una sonrisa sincera se dibujo en los labios de la morena, la gótica devolvió el gesto y sus mejillas se encendieron aún más, su color de piel no ayudaba a esconderlo.

Tori con la mirada señalo hacia el cielo, la gótica miro en esa dirección sorprendiéndose demasiado al ver su cometa volando. Había estado tan concentrada en la morena que no se había percatado de la cometa o el hilo en las manos de Tori, así que esa era la sorpresa.

—¿Reparaste la cometa?— pregunto un tanto incrédula.

Realmente no se esperaba que Tori hiciera tal cosa, pensó que quizás la morena la había desechado después de que ella salió de su casa.

Que equivocada había estado.

—Bueno, si...— rasco con una mano su nuca, no sabia como explicarse —Me pareció que era importante para ti, así que...— las palabras quedaron atascadas en su garganta cuando los labios de Jade se posaron sobre los suyos.

Al principio en un beso delicado y dulce, pero pronto se volvió uno apasionado e intenso. Fue hasta que Tori casi deja ir la cometa que se separaron un poco, aun manteniéndose cerca una de la otra como si no desearan poner más distancia de la necesaria entre ellas, una cálida sonrisa apareció en el rostro de la gótica, ese tipo de sonrisa que muy pocas personas eran capaces de presenciar en ella.

—Sé que he sido muy idiota contigo— inicio la pelinegra, tenia tantas cosas que confesar y de tanto por que disculparse —Lo siento, lo siento por tratarte tan mal cuando tu solo intentabas ayudarme— miro al suelo avergonzada, no era nada fácil abrirse con alguien que no fuera su madre o Cat —Yo solo... no sabia como reaccionar— suspiro aún con la mirada baja —Sé que no es una excusa, no pretendo que lo sea, pero nadie me había tratado como tu antes— suspiro nuevamente —Estaba tan acostumbrada a que todos me temieran, a que salieran huyendo de mi, que cuando tú te quedaste no supe como reaccionar— miro a la castaña por fin —Así que hice lo único que hacer, me porte como una idiota contigo y a pesar de eso tu no huiste, permaneciste en el mismo lugar, con la misma estúpida sonrisa— negó con una sonrisa —Te quedaste... y ahora tengo miedo de que te vayas— susurro.

Tori podía ver el miedo e incertidumbre en los ojos de la pelinegra, era tan diferente a la habitual mirada de Jade, pero seguía siendo la misma Jade. Esa Jade West que la había bañado con café frio en su primer día de clase, la que cuido de ella el día en el que le dono sangre a Robbie, la que la ayudo a limpiar el teatro caja negra después de una pelea de comida.

Ella era Jade West, la chica de la que estaba enamorada desde su "cita" en el Nozu o quizás desde mucho antes, pero gracias a ese día pudo reconocerlo. Nunca había sido amistad lo que intentaba formar con la gótica, tal vez no lo sabia antes pero ahora lo tenia demasiado claro.

Con su mano libre la morena acaricio la mejilla izquierda de la pelinegra en un intento de trasmitir lo mucho que significaba para ella.

—Nunca es tarde para empezar de nuevo— aclaro su garganta antes de proseguir —Mi nombre es Victoria Vega y me encantaría salir contigo— extendió su mano.

La gótica rio por el intento de voz madura de la morena, se aclaro igualmente la garganta antes de seguirle el juego a la castaña.

—Soy Jade West y podría salir contigo si me ruegas— Tori la miro con reproche —Esta bien, saldré contigo, después de todo no estás tan del asco— rodo los ojos sin borrar su sonrisa.

Tori no espero más y fue ella quien corto la distancia entre ambas, un beso lento y cariñoso.

Para algunas personas ese era un día simple, un día normal, un día cualquiera. Para otras era el cumpleaños de alguien, una cita esperada o especial, tal vez un velorio, o el concierto en el que siempre desearon estar. Pero para ellas, era el día en el conocerían el significado del amor, el día en el que comenzarían algo juntas, algo que podía ser para siempre.

Que esperaban lo fuera.

One Shots - MultifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora