De camino a casa no quería alejarme de Mikey. Caminamos un poco de la mano y otro poco él abrazándome por los hombros. La calidez de su tacto era como un sedante a toda la tensión acumulada por mi discusión con aquella rubia.
Tuvimos que separarnos a mitad de camino sino a Mikey se le haría muy tarde para volver a su casa. Una parte de mí quería asegurarse que llegara sano y salvo a su casa. Ya que me era imposible ignorar la voz de Taylor en mi cabeza. Hasta llegué a pensar que tal vez ella tuvo algo que ver en lo de la madre de Mikey, debería investigar. Después de todo me caía mal y no sentiría culpa por golpearla.
Al entrar en mi hogar escuché a Sissy hablando con alguien, no recordaba que hoy fuera a tener visitas y ya eran casi las once de la noche. Era la voz de otra mujer, con un acento solemne, como si acabara de llegar desde Inglaterra.
-Disculpen- dije entrando a la sala.
Ambas me miraron, la mujer en cuestión volteó a verme y mi estómago dio un vuelco al sentir su esencia idéntica a la del castillo. Además sus ojos eran de un color ámbar brillante. No cabían dudas. Agarré con fuerza el encendedor que llevaba en el bolsillo de la chaqueta.
-Qué bueno que llegaste, Hazel- Sissy se levantó de su lugar en el sofá y me abrazó. -Ella es Eleonor, vino a verte.- explicó y se colocó detrás de mí con sus manos en mis hombros.
-Es un gusto conocerte, Hazel- saludó Eleonor. -Y entiendo tu sorpresa de que encuentres a una compañera en tu casa pero solo estoy cumpliendo la orden de nuestro Supremo. ¿Cómo estás?
-Bien- contesté cortante. -¿Le hizo algo a mi tía? ¿Qué quiere?
Eleonor se tapó la boca para retener una risita.
-No me hizo nada- contestó Sissy por ella. -Sólo me estaba contando todo mientras esperábamos que llegaras.
-¿Qué te dijo?- pregunté preocupada, no quería que se enojara por haberle ocultado información. No era algo favorable en su condición.
-Nada importante, solo la puse al tanto de tu visita al castillo y la impresionante demostración a nuestro señor. Por favor- señaló el sillón. -Tomen asiento, es de mala educación no usar estos sofás tan bien escogidos para hablar de un tema tan delicado.
-¿Cómo hizo para no atacar a mi tía?- fue la primera pregunta que hice ni bien me senté.
-Querida- sonrió. -No somos salvajes. Pero además de eso, tu tía tiene una condición que hace que su sangre no sea del gusto de nuestra especie.
-No entiendo- dije y miré a Sissy.
-Su cáncer, vuelve su sangre un veneno para quien la quiera consumir.- miró a mi tía. -Lo que nos da el punto de partida para una de las reglas.- obtuvo toda mi atención. -Nunca debes consumir sangre de enfermos terminales a menos que busques cometer suicidio, claro- por su sonrisa entendí que bromeaba.
Si lo hubiera sabido hace dos años, pensé un instante y seguí escuchándola.
-Tampoco debes beber la sangre de un adicto a las drogas. Los efectos se transfieren y cualquier sustancia química puede desatar una sed por ese tipo de sangre que terminaría en una masacre de proporciones bíblicas. Te lo aseguro, lo he visto.
-No adictos ni enfermos, anotado- dije con un dedo en la sien. -¿Qué más?
-No asesinar en masa. Es comprensible que por una cuestión de alimentación asesines a una persona cada tanto. Pero de ser posible intenta que sea algo muy discreto. Ya sabes, personas solitarias o criminales que nadie va a extrañar. Así solemos hacerlo la mayoría cuando estamos alejados de las zonas de caza pautadas.
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Love will kill you [Mikey Way]
VampireHazel era muy ingenua. La tipica hija de buena familia buenos amigos y bien educada. Pero ahora, que los errores han sido cometidos, debe adaptarse a una nueva vida donde reina la oscuridad y las costumbres de esos mitológicos chupasangre. Mikey viv...