-Lo llevas bastante bien- señaló Hayley de camino el aula.
-Pensar en que así dejaré de estar bajo el punto de mira de La Orden es una gran motivación- le expliqué cuando cruzamos la puerta del aula.
Me estrujó un segundo entre sus brazos y me observó con una de esas miradas de "hiciste lo correcto". En momentos como ese, la culpa me invadía por completo. Quería decirle la verdad a pesar de lo mal que lo tomaría ya que cada vez la consideraba un poco más mi mejor amiga.
Pero luego recordaba que lo mejor era guardar silencio y evitar involucrar a más personas en el pequeño secreto que guardábamos con Mikey. No sé cómo lo hacía pero cada vez que coincidíamos en los pasillos me miraba como si mi presencia lo asqueara. Era un buen actor o tal vez era el amor que sentía por mí lo que lo motivaba a seguir con aquella pantalla.
Desde nuestra reveladora charla acordamos no vernos dentro de la universidad ya que era demasiado peligroso. Ahora frecuentábamos lugares en el centro de la ciudad, llenos de gente, ya que son tan obvios que pasábamos desapercibidos. Sin embargo, a veces preferimos la tranquilidad, la paz que nos brindaba la naturaleza.
El bosque tras mi casa era el mejor lugar. Esperarlo podía ser la peor parte de todo porque miles de posibilidades comenzaban a brotar en mi inquieta imaginación. Me puse a meditar para distraerme, desde aquella visión donde vi a quien ahora era mi novio que no lo había vuelto a intentar.
Cerré los ojos, todos los sonidos a mí alrededor se fueron apagando hasta que solo se escuchó el ruido de un motor que poco a poco se hizo más claro. Entonces me di cuenta que pertenecía al auto donde estaba sentada.
Bajé la mirada hacia mi cuerpo, llevaba un vestido blanco. No era glamoroso ni con muchos detalles. Me cubría hasta las rodillas, por la caída supuse que era acampanado, con escote triangular y los hombros descubiertos.
-Estás hermosa- susurró una voz a mi derecha.
Era Mikey a mi lado, estábamos en el asiento de atrás, delante iban dos hombres más. El que iba en el asiento del acompañante hablaba moviendo las manos pero no podía oírlo. Volví a mirar a Mikey, la alegría en su sonrisa iluminaba todo su rostro.
Pestañeé y ese brillo ya no estaba. Las lágrimas le corrían la tierra de las mejillas y apretaba los dientes conteniendo el terror que escapaba por sus ojos. Ya no estábamos en el auto, estábamos de pie, en el suelo, todo a nuestro alrededor era completa oscuridad y el dolor en mi pecho no se detenía.
Oí crujir una rama. Abrí los ojos y estaba otra vez en el bosque, sentada sobre una gran roca, vestida normal. Levanté la vista hacia el bosque y por un pequeño sendero que llevaba a la carretera apareció Mikey. Al verme alzó la mano y el miedo que sentí por la visión despareció. Bajé a recibirlo con un beso, no quería analizar lo que había visto quería disfrutar ese momento, de él.
-Te eché de menos.- dijo luego de besarnos, con una gran sonrisa.
-Yo también.- acomodé su flequillo hacia un lado. –Por momentos me harta esto de tener que ocultarnos.
-¿Y si hiciéramos algo al respecto?
Fruncí el ceño pero no deshice nuestro abrazo. Pasaba noches enteras pensando en una manera de cambiar las cosas pero ninguna tenía un buen desenlace.
-¿Qué se te ocurre? Ya lo pensé muchas veces y no hay nada que podamos hacer. Al menos no solos.
-¿Y si las cosas fueran diferentes? ¿Si yo fuera como tú? ¿Podríamos estar juntos frente a todos?
Me aparté un par de pasos hasta chocar con la roca donde estaba sentada. Empezaba a hacerme una idea de lo que estaba pensando, rogaba estar mal interpretando sus palabras.
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Love will kill you [Mikey Way]
VampireHazel era muy ingenua. La tipica hija de buena familia buenos amigos y bien educada. Pero ahora, que los errores han sido cometidos, debe adaptarse a una nueva vida donde reina la oscuridad y las costumbres de esos mitológicos chupasangre. Mikey viv...