P.O.V. Federico
Dejé a León y me fui a buscar a Pablo para hablar con el acerca del show final.
—Pablo, ¿tendrás un minuto?
—Si, Federico. ¿Qué necesitas?
—Bueno emm, faltan dos meses para el show de fin de año y...— dije mientras me rascaba la nuca, algo nervioso— Y te queria preguntar si hay alguna posibilidad de que participe.
Pablo sonrió.
—Si, Federico, si vas a poder participar, pero considerando el hecho de que falta muy poco tiempo y ya las coreografias estan casi listas, vas a tener que buscarte a algún compañero para que te las enseñe, porque yo no puedo parar las clases a esta altura para empezar todo de nuevo.
—¿Y con quién cantaría?
—Te podes unir al tema que cantan los chicos y además saldrías en el tema final, que es grupal. Ah, y si te interesa, puedo dejarte un lugar para que cantes un tema en dúo con alguien que elijas, pero tenes que avisarme en estos días si vas a querer hacerlo o no, ¿te parece?— me dijo con esa sonrisa paternal que lo caracterizaba y que tranquilizaba a cualquiera.
—Si, Pablo, muchas gracias. En estos dias te aviso si consigo a alguien que quiera cantar conmigo.
Saludé a Pablo y me fui de allí. Ya sabía qué era lo primero que iba a hacer para acercarme a Ludmila.
**
Sonó la última campana, lo que indicaba que las clases habían terminado por hoy. Comencé a buscar a Ludmila, ya que quería empezar con el tema de la apuesta, pero no la encontraba por ningún lado. Hasta que al fin la vi, en el salón de musica, sentada junto al piano interpretando una canción que no había escuchado antes. Al principio me pareció extraño, ya que los profesores no dejaban que los alumnos se quedaran en el Studio fuera de los horarios de clase, pero luego todos esos pensamientos se borraron de mi mente, ya que me había quedado hipnotizado con esa dulce melodía. Tenía una voz preciosa, parecía un ángel sentada ahí, toda indefensa. Estaba por acercarme a ella cuando siento que alguien me detiene, tomandome del brazo.
—Cami, que haces aca?— Camila es una alumna del Studio y, no es por ser engreído ni nada de eso, pero me había acostado con la mayoria de las chicas del Studio, incluyéndola. Sin embargo,ella pertenecía al grupo de las que se habían quedado ilusionadas luego de una noche que no significó nada para mi, creyendo que me podían cambiar y no se que otras cursilerías mas, cosa que es imposible, ya que no me voy a volver a enamorar, no después de tanto sufrimiento.
—Em, Fede, quería preguntarte si queres ir a tomar algo conmigo, porque te he extrañado mucho todo este tiempo— dijo con una sonrisa tonta. La verdad es que me habia olvidado de lo insoportable que podía llegar a ser esta chica, y ya me había cansado de repetirle que entre nosotros no pasaba nada, que solo fue una noche y que no queria nada mas con ella. Al parecer todavía no me entiende.
—Cami, no creo que sea lo mejor, entre nosotros no pasa nada, y debes entenderlo.
—Pero podemos ser amigos, ¿no?— no me creía esa tonta excusa de ser amigos.
—No quiero ser tu amigo Camila, dejame en paz— dije liberándome de su agarre. Volví a mirar a Ludmila, quien continuaba cantando.
Luego de unos minutos paró de cantar, y empezó a guardar las partituras en su bolso. Este era mi momento para aparecer en escena.
—Tenes una voz preciosa— dije mientras entraba al salón. Ella dejó lo que estaba haciendo para mirarme.
—Gracias— sonrió y luego continuó con sus partituras.
—Me llamo Federico— dije, captando su atención de nuevo.
—Si, lo sé. Yo soy Ludmila— dijo sin mirarme. Asentí con una sonrisa.
—Em, me preguntaba si querías ir a tomar algo por ahí conmigo— dije algo nervioso.
—No, gracias— dijo bajando las escaleras y pasando por mi lado, sin siquiera mirarme. Me di vuleta y la seguí.
—Hey, no te pongas así, solo quiero ser tu amigo— dije tomándola del brazo para que no se me escapara.
—Lo que menos necesito en este momento, son amigos. Y menos amigos como vos— dijo sonriendo falsamente y apuntándome con el dedo.
No me quedó otra alternativa, por lo que tuve que usar mi último recurso.
—Mira, Ludmila, iré al punto. Hoy llegué de Italia y hablé con Pablo para saber si podía participar en el show final. Él me dijo que si, pero que alguien tiene que tomarse el tiempo de enseñarme la coreografia final, ya que él no puede parar las clases a estas alturas para enseñármela a mi. Y, ese alguien, sos vos— dije apuntándola con el dedo, como ella había hecho segundos antes.
Sé que no era completamente la verdad, pero ella no tenía por qué enterarse de eso.
—Vos estás loco si crees que te voy a enseñar toda la coreografía grupal— comenzó a chillar como una niña caprichosa— A parte, en ese baile cada uno tiene su pareja, y la mía es León— sonrió orgullosa.
—Ah, esa era la otra cosa que te tenía que contar— dije acercandome a ella —Las parejas cambiaron: ahora yo soy con vos, y Leon es con Violetta— mentí de nuevo, pero lo oculté detrás de mi sonrisa victoriosa. No creo que León tenga problema de que cambiemos de pareja, ¿no?
Bufó y rodó los ojos, sabiendo que había perdido la batalla.
—Entonces, ¿en tu casa o en la mía?— dije rompiemdo el silencio.
—Estás loco si crees que vas a meter tus sucios pies en mi casa— dijo tratando de hacerme sentir mal, pero no lo logró. En cambio, reí. Se veía aún mas linda cuando estaba enojada.—Y tampoco pienso ir a tu casa, asi que vamos a ensayar aquí.
—No podemos estar aquí fuera de horarios de clase. Es más, si nos ven ahora, nos van a castigar.
—No me importa, voy a hablar con Pablo, demasiado con que tenga que enseñarte el baile. Mas te vale que aprendas rápido, porque tengo poca paciencia.
—Eso ya lo note, preciosa- sonreí coqueto, lo que la molestó aún más.
—No me digas preciosa, Federico. Y no se te ocurra pensar que somos amigos— tomó aire ya que había dicho todo eso muy rápido. Me largó una mirada de asco, se dio media vuelta y caminó fuera del Studio.
Tuve que correr para alcanzarla, ¿cómo podía caminar tán rápido arriba de esos tacos? La tomé bruscamente del brazo para que se detuviera.
—Dame tu número— le dije algo agitado— así te aviso cuando nos juntamos.
Bufó y me dió su número de muy mala gana. Sin decirme nada giró para irse y yo volví a detenerla. No me cansaba de hacer esto con ella.
—¿Qué queres ahora?— chilló, cansada de la situación.
—¿Ya te vas?— dije para molestarla.
—¿Que no es obvio?
—¿Querés que te lleve— dije acercándome a ella.
—Ni loca— volvió a irse, pero esta vez no la detuve.
—Que te vaya bien, preciosa— grité para que me esuchara.
Sin darse vuelta me levantó el dedo del medio en forma de respuesta. Que señorita, pensé. Su forma de ser no se parecía en nada a su apariencia angelical. Aún así, era hermosa.
Reí y caminé hasta mi auto. Esto definitivamente no va a ser fácil, pero de lo que si estoy seguro, es de que va a ser muy divertido.
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Holaaa!! Bueno, acá les dejo otro capítulo, espero que les guste :D
Voten y comenten a ver que les parecio.
Gracias por leer, los quiero Xx
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Una Dulce Apuesta (Fedemila)
Fanfiction—Gánate a la rubia— Sonrió mi amigo, desafiante. —¿Cómo?— dije sorprendido, esperando a que me cuente más. —Gánatela. Haz que Ludmila se enamore de ti, y luego rómpele el corazón en frente de todos, ¿que te parece? Extendió su mano hacia mi, mirá...