P.O.V. Federico:
Ludmila se soltó de mi agarre y se alejó de mi. No iba a dejar que todo terminara así como así, todo por un malentendido. Bueno, en realidad no había sido un malentendido, había sido un plan de Camila para separarnos, plan en el que como tonto caí. Corrí hasta Ludmila y la tomé de la cintura.
—¡Basta Federico, soltame!— chilló como niña.
—Ludmila, por favor escuchame. Eso no pasó, no fue así— dije todo muy rápido, sonando muy desesperado.
—¡Federico no me trates de tonta! Yo vi el video— volvió a gritar.
—Mi amor, no grites— dije tierno, lo que la molestó aún más.
—¡No me digas mi amor!— dijo pegándome en el pecho, cosa que no eran ni cosquillas para mí. Tomé su mano mientras me golpeaba, y la apreté contra mi corazón.
—Ludmila, tenes que creerme, eso no pasó.— Solté tranquilo, pero no funcionó. Ella quitó su mano de mi pecho enojada.
—Basta, Federico. Yo te vi en el video— dijo un poco más tranquila, pero todavía muy molesta.
—¡Pero es que ese video esta editado!
—¿Y me vas a decir que no sos vos el del video?— dijo sarcástica.
—Sí soy yo, Ludmila. Yo si hable con Camila, pero yo no dije esas cosas sobre vos, te lo juro— dije sincero.
—¡La besaste, Federico! ¡La besaste antes de irte!— gritó indignada.
—No la besé, Ludmila. Ella me preguntó si podíamos ser amigos, o eso entendí yo en el momento, y como le dije que si se acercó a mi y me di un beso en la mejilla. Pero visto desde el ángulo de la cámara que nos estuvo grabando parece un beso en la boca— dije ya cansado, y rogando con todas mis fuerzas que me creyera.
—No te creo, Federico— dijo suave, pero se notaba la decepción y el enojo en su mirada— Dejame, tran...— no la dejé terminar, ya que la tomé de la cintura y la atraje a mi, capturando sus labios. Sabía que se iba a molestar, pero fue un impulso del cual no pude resistirme. Me sorprendió que me siguiera al principio, pero luego se separó de mi, aunque yo sabía que no quería hacerlo. Me miró molesta y me pegó una cachetada— No me volvas a tocar. No te acerques más a mí, nosotros ya no somos nada, ¿entendiste Federico?— dijo dura y noté como las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos. Se alejó de mi, llorando. No iba a detenerla, no quería empeorar más las cosas.
Suspiré y pasé mi mano por mi cabello, despeinándolo. No podía creer lo que Camila había hecho. Y yo todavía pensando que en serio se había arrepentido. Con lo que me costó conquistar a Ludmila...
Suspiré de nuevo y giré para ir al salón de música pero, al hacerlo, choco con León.
—Eh, chavo, ¿cómo andas?— dijo con esa sonrisa característica de él y colocando su puño delante mío para que lo chocara. Y así lo hice, algo desganado.
—Mal. Ando mal.
—¿Que ha pasado?
—Nada, Camila ha pasado. Le mostró a Ludmila un video mío editado donde supuestamente hablo mal de ella. Y bueno, está furiosa conmigo y no quiere escucharme.
—Te preocupas mucho por la chica, nunca te había visto así— Y aquí venía de nuevo.
—Es por la apuesta— dije sonando seguro, pero no me creyo ni un poco.
—Sí, seguro es por la apuesta... ¿Pensas abandonarla?
—No— dije seguro—Y mucho menos ahora. No voy a dejar que Camila se salga con la suya. Ludmila va a volver a ser mía, cueste lo que cueste. ¿Sabes? Ahora mismo voy a ir a hablar con Camila. No sabe con quien se está metiendo.
—¡Ese es mi amigo!— dijo León ríendo y chocándome la mano, logrando sacarme una sonrisa.
Me despedí de León y comencé a buscar a Camila, hasta que la encontré. Estaba en el salón de música tocando la guitarra. Entré y le quité bruscamente la guitarra de sus manos, mostrando mi enojo.
—¿Qué te pasa? ¡Dame mi guitarra!— gritó la pelirroja enojada.
—¿Pensas que te has salido con la tuya?— dije ignorándola, apartando aún más la guitarra de ella.
—Em, si. Ludmila se alejó de vos, logré lo que quería— dijo con una sonrisa vistoriosa.
—Las cosas no van a quedar así. Ludmila va a volver a ser mía, cueste lo que cueste— dije muy seguro y con aires de superioridad.
—Voy a hacer lo imposible para que Ludmila y vos no esten juntos.
—Te odio— Le dije con frialdad.
—Yo te amo— me contestó con una sonrisa falsa en su rostro.
Le tiré la guitarra encima, y ella se quejó del dolor. Salí de allí muy enojado. No me importa más nada, no voy a dejar que se salga con la suya esta vez. Ludmila va a ser mía y voy a ganarle la maldita apuesta a León, y Camila no me lo va a impedir.
Si quiere guerra, guerra va a tener.
P.O.V. Ludmila:
Me encontraba en la habitación de huéspedes de la casa de mi abuela. Todavía no volvía a mi casa, me sentía mucho mejor aquí. Lo único que me dolía es que no había recibido ni una sola llamada de mi madre. No tenía caso... No le importaba y punto.
Había hablado con mi abuela sobre lo que pasó con Federico. Ella me esuchó atentamente y luego me dijo lo que toda abuela le diría a su nieta: El no te merece, vos sos una princesa y vas a encontrar a alguien mejor, blablabla... De todas formas, me había hecho bien hablar con ella, y me sentía algo mejor. Me dijo tambien que me convenía salir y conocer gente nueva, pero no tenía ni un poquito de ganas de hacerlo. Es que no podía dejar de pensar en Federico, y en que una parte de mi quiere con todas sus fuerzas creerle, pero la otra parte sabe que lo que me dijo son solo excusas, y que él no me quiere. El sonido de la puerta abrirse interrumpió mis pensamientos.
—Mi niña, Rodrigo ha venido. Quiere verte.
—Sí, abuela. Decile que pase— aunque no tenía para nada ganas de verlo. Mi abuela me sonrió y cerró la puerta, para invitarlo a pasar. Luego de unos minutos, entró Rodrigo.
—Hey, princesa, ¿cómo estas?
—Mal— dije acomodándome en la cama, para que se siente a mi lado.
—Lo sé, y te entiendo. Federico es un tarado y él...
—Basta, no quiero que hables mal de él— dije interrumpiéndolo.
—¿Encima lo vas a defender?— Dijo molesto. Yo no le respondí. Después de unos segundos, se tranquilizó un poco y volvió a hablar.—No podes dejar de pensar en él, ¿no?— Dijo casi afirmando mas que preguntando. Yo negué con la cabeza.
—Lo peor no es que no pueda dejar de pensar en él— dije y guardé silencio durante unos segundos, lamentando lo que estaba a punto de decir—Lo peor es que todavía lo quiero.— Solté y algunas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.
—No llores, princesa— dijo secando mis lágrimas con sus dedos.—Él no se merece tus lágrimas. Él no te merece. Vos te mereces a alguien que te quiera, que te cuida... Alguien que te haga feliz— dijo mientras tomaba mi cara entre sus manos y me acercaba a él. Yo lo miraba atónita— Alguien como yo— dijo y me besó.
*******____*******
Holaaaaaa!! Acá les dejo este nuevo capítulo.
Ayy el Rodrigo atrevido este cheee...
Les quiero agradecer por su apoyo de siempre, me alegra muchisimo que les guste la novela. Por favor no dejen de hacerlo, sus comentarios y votos me alegran mucho :)
Una preguntaa, ¿soy la única que sigue viendo Violetta? O sea, los capítulos repetidos que estan pasando por Disney. Ay, es que nunca me voy a cansar de ellos, todavía no supero que ya haya terminado. Es como una costumbre ya para mi sentarme en el sillon a las 18 a ver Violetta jajajajaja
Bueno, espero que les guste, un beso grande y pormeto subir apenas pueda :)
ESTÁS LEYENDO
Una Dulce Apuesta (Fedemila)
Fanfic—Gánate a la rubia— Sonrió mi amigo, desafiante. —¿Cómo?— dije sorprendido, esperando a que me cuente más. —Gánatela. Haz que Ludmila se enamore de ti, y luego rómpele el corazón en frente de todos, ¿que te parece? Extendió su mano hacia mi, mirá...