P.O.V. Ludmila:
Sábado por la mañana.
El sonido de mi celular me despertó, avisándo que me había llegado un nuevo mensaje. Tomé el celular, algo soñalienta, y lo abrí.
"Amor, te espero esta tarde en la plaza cerca de mi casa, antes de ir al show.
-Te quiero princesa, Fede <3"
Han pasado exactamente dos semanas desde aquella noche tan especial, y mi relación con Fede ha mejorado mucho estos días.
Y si, como leyeron, hoy es el día del gran show de fin de año. Estoy nerviosa, ansiosa, emocionada... Todo a la vez.
Volví a leer el mensaje y sonreí. Le respondí que allí estaría, y dejé el celular en la mesita al lado de mi cama.
Fede es un tierno y romántico empedernido. Cada día me pasa a buscar por casa, me lleva a desayunar antes de ir al Studio, y me entrega regalos como flores o chocolates. Yo ya le he dicho que no quiero que gaste plata en mí, que con que me diga cada día cuanto me ama (cosa que me repite en todo momento) me es suficiente, pero él se niega a dejar de consentirme. Me tiene muy mal acostumbrada.
Me levanté de la cama con una gran sonrisa, pero inmediatamente se me borró al sentir unas horribles ganas de vomitar. Corrí al baño de abajo y comencé a devolver todo lo que había comido la noche anterior. Mi abuela me vió, por lo que entró y me sostuvo el cabello, mientras me sobaba la espalda.
-Ay, mi chiquita, ¿qué te estás pasando? Hace bastantes días que estás así- dijo preocupada.
Me acerqué al lavabo y me limpié el rostro.
-No sé abuela, pero ya no aguanto estas náuseas. Encima no es solo eso, un momento estoy re feliz y de repente me agarra la nostalgia y después la risa.- Dije mientras ella me miraba atenta-Te juro que no sé que me pasa. Debe ser por todo el tema de mi mama y todo eso.
Ella negó con la cabeza.
-¿Y entonces que es?- Le pregunté, ya que se veía bastante segura.
-¿Federico y vos...- comenzó a preguntar pero no terminó, lo que me dejó más confundida aún.
-¿Federico y yo qué?
-¿Han tenido ya...? Sabes a lo que me refiero- dijo y yo sentí la sangre llegar a mis pómulos. Me había puesto roja de la vergüenza, de eso estaba segura.-Yo lo sabía- agregó con una gran sonrisa en su rostro.
-¿De qué estas hablando?- Le pregunté. Cada vez me confundía más.
-Tus síntomas no son porque estás enferma ni nada. ¡Tus síntomas son de embarazo!- Casi que gritó de la felicidad y me abrazó.
En ese momento me cayó la ficha de todo. No le respondí el abrazo. Estaba paralizada, y sobre todo asustada.
-¿Por qué te pones tan feliz?- Le pregunté, separándome de ella y mirándola asustada.-Tengo tan solo diecisiete años, y Federico...- mi abuela mi interrumpió.
-Un bebé es la mejor bendición que Dios te puede dar. Yo sé que vos sos lo suficientemente madura, y si Federico realmente te ama lo va a aceptar, y estoy segura de que lo hace- me dijo con una sonrisa tierna y comprensiva, mientras acariciaba mi mejilla. Me dió un cálido abrazo, y al separarnos continuó hablando-Igual no quiero hacerme falsas ilusiones, asi que vamos a la farmacia que estás acá a unas cuadras a comprar un test de embarazo, para sacarnos las dudas- me dijo y tomó mi mano, caminando juntas hacia la puerta.
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Una Dulce Apuesta (Fedemila)
Fanfiction—Gánate a la rubia— Sonrió mi amigo, desafiante. —¿Cómo?— dije sorprendido, esperando a que me cuente más. —Gánatela. Haz que Ludmila se enamore de ti, y luego rómpele el corazón en frente de todos, ¿que te parece? Extendió su mano hacia mi, mirá...