P.O.V. Federico:
Camila dejó de hablar, y yo miré a Ludmila. No podía moverme, estaba paralizado. Tampoco podía hablar, las palabras no me salían. Ludmila me dio una última mirada de dolor, y se fue corriendo de mi lado. De repente y sin darme cuenta, comencé a gritar su nombre, mientras mis lágrimas saladas recorrían mis mejillas.
Me siento tan estúpido, tan imbécil, tan... Tan cobarde. Eso es lo que soy, un maldito cobarde. Reaccioné y miré a Camila, quien me observaba cínicamente desde el escenario. Caminé rápido hacia ella, sintiendo el odio dominar todo mi cuerpo.
-¿Todo bien Fede?- me dijo falsamente, al ver que me acercaba a ella.
-¡¿Cómo se te ocurré hacer eso?!- le grité en la cara. No podía creer todo lo que estaba pasando.
-Para Federico, no me eches la culpa de tus errores. Te lo buscaste solito- dijo tocándome el pecho con su dedo, acusándome. Yo aparté su mano de mi cuerpo.
-Vos no sabes nada- dije mirando hacia otro lado.
-Ahí te equivocas. Yo sé mucho, mucho más que todos acá- dijo sonriendo.
-Listo, ¡Ya conseguiste lo que querías! Ya perdí a Ludmila, tal vez para siempre. Te odio, te ganaste todo mi odio, no quiero verte nunca más en mi vida- le dije con odio y me fui de ahí en busca de Ludmila.
Salí corriendo del Studio, pero no pasaron más que unos pocos minutos cuando siento el sonido de unos sollozos. Me acerqué y la vi, tirada, llorando.
No podía soportarlo, esa imagen me mataba. Y lo que más me dolía, es que estuviera así por mi culpa.
-Ludmila- dije cuando ya estaba cerca de ella. Ludmila volteó, algo asustada y, al verme, se paró y se alejó de mi.
-Andate, Federico. Por favor andate- dijo tapándose el rostro con sus manos, tal vez para ocultar sus lágrimas. Me acerqué de a poco a ella, para que no se alejara.
-Ludmila, en serio necesito hablar con vos- dije lo más calmado posible, tratando de contenerme. Sin embargo, las ganas de abrazarla y besarla ahí, se me salían hasta por los poros.
-¿Qué me queres decir Federico?- dijo ahora mirándome fijamente, acercándose a mí. La verdad es que me intimidaba-¿Que te divertiste jugando al novio perfecto, solo para lograr tu apuesta? ¿Que ya soy una más en tu lista?- dijo intentando mostrarse dura y fuerte, pero yo podía ver en sus ojos como se quebraba por dentro.
Sentía un dolor muy fuerte en el pecho, el cual no me dejaba respirar. Aunque no me creyera, cada palabra que decía me dolía en el alma, eran como cuchillazos para mi.
Permanecí en silencio, no sabía qué decirle. La quería conmigo, no la quería perder, pero tampoco quería que sufriera más por mi culpa, no sabiendo todo lo que tiene que aguantar día a día. Abrí la boca para hablar, pero ella me interrumpió.
-No hace falta que digas nada. Ya está, ganaste tu maldita apuesta. Conseguiste lo que querías, ¿no es así? Ganaste la motocicleta- dijo y largó una risa amarga.
-No, Ludmila, no es lo que quiero...
-¿Y qué es lo que queres?- Me volvió a interrumpir-¿Necesitas que vaya y hable con León? No sé, como prueba, para decirle que si, que lo lograste, lograste que me enamore perdidamente de vos. Aunque creo que ya tenes pruebas suficientes, ¿no? Digo, por los videos.- dijo y yo permanecí callado, mientras la culpa me consumía lentamente-¡¿Cómo se te ocurre hacer una cosa así?! ¡¿Filmarnos mientras teníamos sexo?! ¡¿En serio?!
Comenzó a gritarme, descargándose. Se acercó a mi y empezó a golpearme en el pecho, con toda la fuerza que sus débiles brazos le permitían. Yo no hice nada. No me aparté, no la detuve. Después de todo, era lo mínimo que me merecía.
-No solamente has jugado conmigo sin importarte una mierda, tambien me has humillado en frente de todo el Studio- dejó de golpearme y se separó de mi. Yo no decía nada, quería que ella se descargara, luego iba a ser mi turno de hablar.-¿Qué acaso no tenes sentimientos, Federico? ¿No te conmovió ni un poquito mi historia de vida? ¿Nada? Ah no, perdón, cierto que estoy hablando con el chico más mujeriego y sin sentimientos del Studio. Mi gran error fue pensar que habías cambiado, que eras otro. Pero no, vos nunca vas a cambiar nene- escupió mirandome con asco, lo que me destrozó totalmente.
-No Ludmila, yo en serio te quiero...- comencé a hablar, pero me volvió a interrumpir.
-¡Basta! ¡Dejá de mentir ya! Lo que más me duele es pensar en los te amo, las miradas tiernas y los abrazos que me tragué. Todos eran falsos, ¡todos eran una maldita mentira!- me volvió a gritar.
Se derrumbó en el suelo, llorando desconsoladamente. Sin pensarlo dos veces, me acerqué a ella y la abracé. Fue un impulso, y lo necesitaba con todas mis fuerzas. Pensé que ella se iba a separar en el instante, y me iba a insultar e incluso golpear. Pero no, no lo hizo. No me correspondió el abrazo, pero tampoco se apartó. Estuvimos así un par de minutos, solos, en silencio. Tan solo se escuchaba el sonido de los sollozos de ambos. De repente ella reaccionó, y se alejó de mi.
-No, no, no... No de nuevo por favor- dijo más para ella misma que para mi. Comenzó a restregarse las manos en su rostro, demostrando nerviosismo-Basta, Federico, no me lastimes más- dijo con la voz entrecortada, sollozando, mientras miles de punzadas de dolor me destrozaban interiormente-¿No te das cuenta que, a pesar de todo, yo te amo como nadie en este mundo?- Una chispa de esperanza se encendió en mi interior, pero se desvaneció cuando continuó hablando-Por eso necesito que te alejes de mi, necesito sacarte de mi cabeza. Necesito que me dejes en paz. Hace tu vida, que yo te prometo que voy a hacer la mía- dijo duramente, y se fue de allí.
Caí al piso, llorando descontroladamente, destrozado. Nunca en mi puta vida me había sentido así. Es que maldita sea, ¿por qué tenía que amarla tanto?
Al irse, sentí como se llevó parte de mi, dejándo un gran vacío en mi interior. Así me sentía sin ella: vacío. No se qué voy a hacer, pero no me importa más nada. Prefiero estar muerto antes que sin ella porque, al fin y al cabo, eso es lo que soy si Ludmila no está a mi lado: un muerto viviente.
No voy a resignarme, no estoy dispuesto a perderla.
Tomé el celular y le mandé un mensaje a ese número que ya me conocía de memoria.
"Te prometo por lo que más quieras que vas a volver a ser mía, Ludmila Ferro.
-Atte: El amor de tu vida"
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Agg, no aguanto este ambiente de tristeza che!
Bueno, aca esta el capitulo que les prometi para el dia viernes (un poco tarde, ya lo se, pero bueno que le vamos a hacer, por lo menos no fue una semana de nuevo jajaja)
Ya se que es supeeeeer triston, es mas, me duele hasta a mi escribirlo, pero bueno esperlo que les guste
No saben lo feliiiiiiz que me pone que la historia les guste y que les llegue tanto
Gracias por su apoyo con sus votos y comentarios! Tambien quería agradecerles a todaaaas por el apoyo que me dieron con lo de Zayn... En serio, aunque no lo crean es super importante para mi, y lo necesitaba muchisimo. Asi que les agradezco como amiga, sus bellas palabras, desde lo mas profundo de mi heart
Quiero agradecerle especialmente a AndySaavedraM y dedicarle este capitulo. Gracias amiga por tus palabras, me animaron muchiiiisimo :)
Las adoro, un beso enormeeee!
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Una Dulce Apuesta (Fedemila)
Fanfic—Gánate a la rubia— Sonrió mi amigo, desafiante. —¿Cómo?— dije sorprendido, esperando a que me cuente más. —Gánatela. Haz que Ludmila se enamore de ti, y luego rómpele el corazón en frente de todos, ¿que te parece? Extendió su mano hacia mi, mirá...