Capitulo 5

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—Asi que... ¿Cómo vas con Ludmila?

Estaba con León en su casa, lo había pasado a buscar para ir juntos al Studio y estábamos haciendo un poco de tiempo para no llegar tan temprano.

—Bien— dije no muy seguro— Bah, ¿para qué te miento? Es la chica más difícil y complicada que he intentado conquistar— León rió.

—¿Estás perdiendo tus encantos, Pasquarelli?

—Ya quiesieras— dije arrogante y ambos reímos—. Por cierto, olvidé decirte que cambiamos de pareja para el baile final del show de fin de año: vos vas a ser con Violetta y yo con Ludmila.

—¿Y por qué crees que voy a aceptar sabiendo que es una movida tuya para ganar la apuesta?

—Vamos, León, sabes que se me esta haciendo difícil— él rió por mi sinceridad.

—Está bien, está bien. De todas formas, hagas lo que hagas, tu preciada guitarra va a ser mía— dijo señalándola— Y además Violetta es muy linda.

—¿Próxima conquista?

—Tal vez— admitió sonriendo— ¿Vamos yendo? Se nos va a hacer tarde— dijo parándose y tomando los instrumentos.

—Esperá, le mando un mensaje a Ludmila para que nos juntemos a ensayar cuando terminen las clases y voy. 

**

Las clases habían terminado, y yo estaba estaba esperando a Ludmila en el salón de música para ensayar. No me había tomado el trabajo de salir a buscarla, y tampoco pensaba hacerlo. Me encontraba tocando un tema en el piano que había empezado a componer días antes. Todavía no tenía la letra, tan solo la melodía, pero me gustaba lo poco que llevaba. 

Estuve un buen rato tocando, y me extrañaba que Ludmila no llegara, pero no quería llamarla ni mucho menos, no después de lo que pasó ayer. Dejé de tocar el piano cuando siento unos pasos en el salón. Esperaba encontarme con la cabellera rubia de Ludmila, sin embargo la figura de Camila acercarse a mí hizo darme cuenta que estaba equivocado. 

—Ay Fede, me encanta como cantas— dijo sentándose al lado mío. 

—No estaba cantando, Camila. Solo estaba tocando el piano— me paré, alejándome de ella, pero igual me siguió.

—Fede, te quería preguntar si querías que saliéramos a cenar esta noche a algún lado juntos— dijo colgando sus brazos alrededor de mi cuello. Bufé molesto— O si queres, podemos cenar en mi casa y te quedas a dormir— dijo con un tono muy seductor. La separé de mi bruscamente.

—Basta, Camila. Entendé que no va a pasar nada más entre nosotros, en serio. ¿Te podes ir, por favor? Porque sino me voy yo— dije cansado de la situación. Ella se fue enojada. La seguí con la mirada, hasta que me encontré con Ludmila apoyada en la puerta del salón. 

—¿Problemas con la novia?— preguntó con una sonrisa falsa en su rostro.

—No Ludmila, no es mi...

—No me importa Federico. ¿Podemos empezar?— dijo interrumpiéndome.

Asentí y busqué mi guitarra para ensayar el tema en dúo.

—Mira, Federico, yo estuve pensando que podemos...— empezó a hablar pero ni siquiera le prestaba atención a lo que me decía, ¿es que cómo es posible que sea tan linda? Este es uno de esos momentos en los que tan solo quiero callarla con un beso. 

Para, Federico. Que no se te vaya de las manos... Es solo tu apuesta. Me recordó mi subconciente.

—Federico, ¿me estás escuchando?— me preguntó molesta Ludmila al notar que no le estaba prestando atención. 

—Perdón, es que estoy un poco distraído.

—Si, ya lo noté— tomó aire un segundo, buscando encontrar la paciencia que necesitaba, y luego continuó hablando—Te estaba diciendo que me parece que vos tendrías que empezar cantando la primer parte, yo la segunda estrofa y después juntos el estribillo. Y que tenemos que hablar con Pablo para saber qué piensa del tema y todo eso, ¿te parece bien?— asentí— Bueno, empecemos.

Comenzamos a cantar "Ti credo"  pero no nos salía del todo bien. No lográbamos congeniar y llegar a esa conección que habíamos tenido en los ensayos anteriores. Ambos paramos de cantar cuando vimos a Pablo entrar en el salón.

—Chicos, los he estado escuchando y me gusta mucho el tema y el hecho de que vayan a cantar juntos, pero creo que no estan logrando lo que buscamos, es como que no llegan a conectarse al todo, como que en el ambiente se siente la incomodidad y la música refleja la tensión que hay entre ustedes, ¿entienden lo que les intento decir?— ninguno de los dos dijo nada durantes unos segundos, hasta que Ludmila decidió romper el silencio.

—A mi me sale perfecto como siempre, es culpa de Federico, esta distraído y con él no se puede trabajar— y eso fue lo que terminó con mi paciencia. 

—¿Mi culpa, Ludmila?— casi que grité de la bronca.

—Sí, tu culpa— me respondió de lo más tranquila.

—No, esperen chicos,  yo no quería que...—Pablo intentó tranquilizarnos pero ningunó lo escuchó.

—Ah pero si vos sos toda una caradura. ¡Por tu culpa no nos sale la canción, Ludmila! Yo intento que las cosas estén bien entre nosotros y vos siempre arruinás todo. No te creas tan perfecta porque hay personas mucho mejores que vos— ella me miró ofendida. Tomé aire porque había dicho todo esto muy rápido y continué hablando— ¿Sabes qué? Dejá, yo hice lo que pude pero con vos no se puede trabajar. 

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Bueeeeeeeeee, acá les dejó este capítulo, y espero que le guste.

Graaaaaacias por sus votos y comentarios, no dejen de hacerlo plisss, me importa mucho saber qué piensan de la novela.

Bueno, mañana subo otro capítulo. Los quiero, un beso :)

Una Dulce Apuesta (Fedemila)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora