Capitulo 24

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P.O.V. Federico:

Me desperté temprano, y al hacerlo noté que Ludmila estaba a mi lado. Sonreí y me acerqué, para darle un largo beso en los labios. Nos separamos y ella me miró sonriente.

—Mmm, pero que lindo es despertar así— dijo mientras me besaba la mejilla.

—Yo no me puedo quejar. La verdad es que me encantaría despertar todos los días al lado de la mujer más hermosa del mundo— dije y ella se rió y me golpeó en el pecho.

—Callate, no seas exagerado— dijo mientras se levantaba de la cama, pero yo la tomé suavemente de la muñeca para que no lo hiciera.

—¿A donde vas?— Pregunté algo confundí.

—Hay que levantarnos, es tarde ya. Voy a hacer el desayuno— me respondió y me dió un beso corto en los labios. Yo bufé cansado y también me levanté.

Estaba ordenando un poco la habitación, cuando encontré la cámara de video. La prendí y vi el video de anoche. Me sentí una completa basura al verlo.

No puedo hacer esto, definitivamente no puedo.

Y es la verdad: no puedo hacerlo. No puedo lastimarla de eso modo, no sabiendo todo lo que ella sufre cada día. Nunca me perdonaría saber que ella sufre por mi culpa. Soy un maldito estúpido, nunca debí aceptar esa apuesta.

Pero lo hice. Y así terminé: perdidamente enamorado de la rubia. 

—Fede, ¿vamos a desayunar?— La dulce voz de Ludmila interrumpió mis pensamientos. Yo asentí y le hice una seña para que supiera que en unos minutos bajaba.

Apenas salió de la habitación, tomé la cámara y la guardé en mi bolso. Tomé mi celular y le escribí un mensaje a León.

"León, no puedo hacer esto. No puedo lastimar a Ludmila de esta forma, no me lo perdonaría nunca. Logré la apuesta, pero voy a dejarla. Si queres mañana te llevo las pruebas al Studio, pero la decisión está tomada. 

                                                          Federico Xx"

Se lo envié, y una oleada de satisfacción y tranquilidad recorrió todo mi cuerpo.

Prefiero perder miles de guitarras, antes que lastimar y quedarme sin Ludmila. 

**

El fin de semana terminó, y yo lo pasé con Ludmila. No me quería separar de ella en ningún momento, y menos ahora, sabiendo que lo nuestro era real y que no la iba a lastimar.

En pocas palabras, estaba feliz. Y todo gracias a ella.

Me encontraba caminando hacia el Studio tranquilamente. Hoy tenía que hablar con León para aclarar todo lo de la apuesta... Y bueno, tal vez tendría que entregarle mi guitarra. 

Entré al edificio y lo vi. Me aecrqué a él y lo saludé.

—León, el otro día te mandé un mensaje y bueno— paré unos segundos y luego continué—Voy a dejar la apuesta- dije mirándolo fijamente a los ojos.

—Sí, leí el mensaje, pero teníamos que hablarlo en persona, ¿no?

—Sí, me parece bien. Bueno, aquí tenes mi guitarra— dije algo desanimado, entregándole mi más preciado tesoro, pero sabiendo que valía la pena.

Sin embargo no la aceptó. Yo lo miré confundido.

—No, Federico— dijo sonriéndome—Sos mi mejor amigo, y sé que vos amas tu guitarra. No puedo hacerte esto. Me alegra mucho que al fin hayas aceptado lo que sentis, y que decidas no alstimar a Ludmila— Y esa es la razón de por qué León es mi mejor amigo. No aguanté más y lo abracé—A parte, estoy en una situación parecida a la tuya— continuó hablando, y yo lo miré esperando a que me cuente.

Una Dulce Apuesta (Fedemila)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora