P.O.V. Ludmila:
No podía creer lo que estaba viendo. En el video salía claramente Camila y Federico, quien estaba de espaldas, pero sabía perfectamente que era él, hablando de mí. Las lágrimas no paraban de caer de mis ojos, sinceramente no podía creerlo.
VIDEO
Camila:- Quiero hablarte de Ludmila.
Federico:- Camila, ya te he dicho que no te metas entre Ludmila y yo.
Camila:- No, no, no es para eso. Yo solo quiero pedirte perdón por meterme entre ustedes.
Federico:- Está bien, de todas maneras Ludmila no me importa, solo estoy con ella por pasar el rato y para divertirme.
Camila:- ¿Eso quiere decir que alguna vez vamos a poder ser algo?
Él asintió y ella le agradeció. Después de eso, Federico la tomó de la cintura y le dió un beso en los labios.
No caía en lo que estaba viendo. El video se volvía a repetir, pero yo no podía detenerlo. Estaba en shock. ¿Cómo había podido ser tan tonta? Maldita sea... ¿Cómo no lo noté? ¿Tan fácil había sido para él conquistarme y jugar conmigo? ¿Que no tenía corazón?Borré todos esos pensamientos de mi mente y limpié bruscamente lás lágrimas que caían por mis mejillas. Federico era un maldito mujeriego, y yo lo supe desde el principio. Pero yo estaba tan necesitada de amor que para él fue tan fácil ponerse el disfraz del chico perfecto que, en cuestión de días y sin darme cuenta, ya había caído a sus pies.
Comencé a correr, quería estar ya en mi casa. Al llegar abrí la puerta con rabia, y subí rápido las escaleras hasta mi habitación. Noté que mi mamá no estaba, por lo que se me cruzó una idea por mi cabeza. Entré en mi habitación y saqué un bolso grande. Abrí mi armario y saqué la mayor cantidad de prendas que pude, para meterlas bruscamente en el bolso. Me volví a secar con brusquedad las lágrimas. Me daba mucha impotencia, porque aunque quería, no podía parar de llorar. Cerré la mochila y salí de casa. No me iba a quedar acá sola, necesitaba cariño, cariño verdadero.
Después de unos diez minutos corriendo, llegué a la casa de mi abuela. Toqué con impaciencia la puerta y, en cuestión de segundos, ya me encontraba en los brazos de ella, llorando desconsoladamente como solía hacerlo cuando era niña.
—Ludmila, mi niña, ¿que ha pasado? ¿Tu madre te ha hecho algo?— Preguntó preocupada, pero sin separarse de mi. Yo negué con la cabeza—¿Y entonces que ha pasado?
No le respondí, estuvimos en silencio durante algunos minutos. Ella decidió no insistirme más, cosa que le agradecí enormemente. Después de un rato me separé de ella y me sequé las lágrimas.
—Abuela, voy a estar en la pieza para los huéspedes. Por favor, dejame un rato sola, necesito estar tranquila y pensar. Mañana hablamos, ¿puede ser?— dije rápido para que no me interrumpiera. Ella asintió y yo le di un beso en la mejilla. Se notaba la preocupación el el rostro, pero yo sabía que me iba a hacer caso y no me iba a molestar. Ella me entendía como nadie en el mundo, y es por eso que la quería tanto.
Entré a la habitación donde siempre dormía cuando me quedaba en casa de mi abuela y me encerré en ella. Dejé el bolso en una silla y me tiré en la cama, comenzando a llorar de nuevo. Lo hacía silenciosamente, no quería poner peor a mi abuela. En cuestión de segundos, la almohada estaba empapada por mis lágrimas. Necesitaba desahogarme, no podía parar de llorar. Me sentía tan impotente, tan enojada tan... Tan tonta. Y lo peor es que no podía dejar de pensar en él.
Pasaban las horas y yo no podía dormir. Daba vueltas en la cama, mi celular no dejaba de sonar. No pensaba contestarlo, no tenía ganas de hablar con nadie. Decidí hacer el esfuerzo de dejar de pensar en todo eso por un ratito, no se merecían mis lágrimas, y así es como pude quedarme dormida.
**
Me desperté e inmediatamente tomé el celular que estaba a mi lado. Noté que tenía diez llamadas perdidas y unos cuantos mensajes más de Federico. Había olvidado que le había prometido avisarle cuando llegara a casa. Bah, como si yo le importara...
Entré al baño y me vi en el espejo. Estaba hecha un desastre. Todo el maquillaje corrido, los ojos hinchados de tanto llorar... Un asco. Tomé una ducha rápida y me preparé para ir al Studio. No iba a dejar mi vida de lado por un maldito mujeriego. Fui al comedor y noté que mi abuela todavía no se despertaba. Agredecí interiormente, ya que no tenía ganas de hablar con nadie, y menos para contar lo que me pasaba, por lo que decidí dejarle una nota avisándole que me iba al Studio y que luego volvería para hablar. La dejé sobre la mesa y salí camino al Studio.
Llegué y entré al edificio. Caminaba rápido, quería llegar al salón de música sin que nadie me molestara, hasta que me encontré con la única persona que no quería ver en todo el día. Era obvio que me lo iba a cruzar, estudiaba acá y hasta era mi compañero, pero una parte de mi tenía la esperanza de que, no se, faltara a clases o algo así. Traté de volver sin que me viera pero ya era tarde. Lo vi correr hacia mi y me tomó de la muñeca, para que no me escapara.
—Ludmila, ¿cómo estas? ¿Ha pasado algo? ¿Por qué no respondiste mis llamadas?— Dijo haciendose el preocupado.
—Dejame Federico— dije mirándolo fríamente.
—¿Qué te pasa?
—Nada, estoy bien— dije mintiéndole. Él intento acercarse a mi y besarme, pero yo me separé bruscamente.—Basta, Federico. Andá a jugar con otra, a mi dejame en paz— dije y me miró algo confundido.
—¿De qué estas hablando Ludmila? Yo no he hecho nada. Hasta ayer estábamos bien... ¿Qué ha pasado?
—Esto pasa— dije y le tiré con rabia el celular en el pecho, para que mirara el video. Él lo agrarró, y algo confundido lo abrió.
—No, Ludmila, te juro que eso no...— No lo dejé terminar de hablar.
—No pongas excusas, Federico. El problema es que yo pensé que habías cambiado, que en serio me querías— dije mirándolo mal—No te volvas a acercar a mí. Dejame en paz.
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Upsi Jajajajaj como andan? Espero que muuuy bien.
Bueno, como comentaron algunas de ustedes en el otro capítulo, se le viene complicado al italiano. Pobre, demasiado tiene con lo que se manda el solito que le hacen esto todavia jajaja
Muchas gracias por sus votos, comentarios, mensajes... Por todo! Me ponen muy contenta y me animan mucho, asi que no dejen de hacerlo plis.
Bueno, espero que la novela les siga gustando, quiero saber su opinion. Un beso grande, las quiero :)
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Una Dulce Apuesta (Fedemila)
Fanfiction—Gánate a la rubia— Sonrió mi amigo, desafiante. —¿Cómo?— dije sorprendido, esperando a que me cuente más. —Gánatela. Haz que Ludmila se enamore de ti, y luego rómpele el corazón en frente de todos, ¿que te parece? Extendió su mano hacia mi, mirá...