Capitulo 28- Final

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P.O.V. Federico:

La puerta de mi habitación no dejaba de sonar.

Era León, y ya llevaba media hora jodiendo mi puta existencia. Les juro por dios que llevaba media hora a reloj detrás de la pared de mi habitación golpeándo la puerta para que le abriera.

—¡Ya andate León! Te he dicho que no te voy a abrir la maldita puerta— grité con la poca voz que tenía.

—Eh amigo, ya está. Tenes que salir de tu habitación, va en serio— dijo con un tono molesto desde afuera.

Estaba tirado, en mi cama, con los ojos rojos de tanto llorar. Ya ni siquiera me quedaban lágrimas. Me levanté, con toda la lentitud del mundo, y le abrí la puerta a León, solo para que dejara de joderme, para luego tirarme de nuevo en mi hermosa cama.

—Wow, pareces un maldito maricón amigo— dijo largando una risita burlesca, pero se calló y se puso serio al verme.

Y la verdad es que tenía toda la razón. Estaba vestido con un pijama celeste de conejitos, y tenía el rostro lleno de lágrimas. Pero bueno, era mi pijama favorito, no tenía por qué agradarle mi pijama. No me cambiaba hace ¿unos cuatro días? Y hubiera seguido igual si el boludo de mi supuesto mejor amigo no se le hubiese ocurrido venir a joderme.

—Eh amigo, ya han pasado dos semanas, no podes segui así— agregó sin una pizca de gracia en su rostro. Yo me di vuelta, quedando boca abajo.

—No quiero. Ella no quiere verme, no quiere escucharme. No puedo sin ella, es la verdad— dije sin mirarlo a la cara.

—Sonas como una minita histérica con problemas amorosos— dijo riendo solo de nuevo. Yo lo miré mal.

—¿Has venido a burlarte o a ayudarme?

—He venido a hacer un poco de ambas— dijo con una sonrisa en su rostro.

No aguanté más y tomé una de mis zapatillas, las cuales estaban al lado de mi cama en el piso, y se la largué a la cara.

—Ehh, ¿qué problema tenes?— dijo haciéndose el enojado. Yo largué una leve risita. Nos quedamos callados durante unos segundos, hasta que decidí volver a hablar.

—Amigo, no sé qué hacer— dije sincero. Él suspiró.

—Está bien, ella te está enojada, dolida, decepcionada. No te responde, te ignora. Es de esperarse, la entiendo— dijo luego de unos segundos.

Ah no, pero yo a este tarado le voy a pegar, viene a decirme lo que ya sé y lo qué más me duele escuchar.

—Pero, ¿ya te vas a rendir?— dijo desafiándome con la mirada.

—Es que vos no sabes...— empecé a decir, pero me interrumpió.

—No, si sé, y mucho. Soy tu mejor amigo, y sé que estás arrepentido, y que la amás como a nadie en el mundo. También sé que ella está perdidamente enamorada de vos, como vos de ella. Por eso andá, dale, tenele paciencia pero no la dejes ir Federico, no seas imbecil— dijo palmeando mi hombro. Una sonrisa sincera se dibujo en mi rostro.

Tal vez tenía razón, tal vez no tenía que dejarla ir. Ludmila es una chica hermosa, y puede conseguir a cualquier hombre mejor que yo. Pero yo no puedo, no puedo conseguir a nadie mejor que ella porque ella es perfecta para mi, y no tengo que dejarla ir.

—Tenes razón— dije con una sonrisa de ilusión y esperanza en mi rostro. León sonrió también al escucharme—Ahora mismo la voy a ir a ver.

—¡Ese es mi amigo!

Los dos reímos y yo me dirigí a tomarme una ducha. En unos diez minutos ya estaba listo. Salí, con paso apresurado, en diracción a la casa de la abuela de Ludmila. Llegué y observe la casa. Por unos segundos pensé en irme, pero luego recordé todo lo que me dijo León y tenía razón, no podía ser tan cobarde. Caminé hasta la puerta principal de la casa, y toqué el timbre. Luego de unos minutos de espera, la abuela de Ludmila me abrió la puerta. 

Salió con una sonrisa en su rostro, como la mujer alegre que era, pero su semblante cambió al verme. Todo el cariño ya la confianza que me había ganado de ella, también lo había perdido. Por supuesto que era de esperarse, ya que había lastimado a su única nieta.

—¿Qué haces acá, Federico?— dijo fría, echándome de su casa con la misma mirada.

—Esther y-yo n-necesito hablar c-con Ludmila— solté rápido, muy nervioso. Sentía como mis manos comenzaban a transpirar de los nervios que tenía.

—Perdón, pero eso no va a ser posible— dijo cerrando la puerta, pero yo la detuve con mi pie.

—Por favor, Esther, se lo ruego. Necesito verla— dije lo más sinceramente posible. Su mirada se ablandó, pero continuaba siendo fría.

—No es que yo no quiera, Ludmila no está acá, Federico, se ha ido— dijo con poca paciencia.

—¿A donde se ha ido? Yo no tengo problema, la espero acá— solté desesperado.

—No, Feder...— comenzó a decir, pero yo la interrumpí.

—En serio, no tengo problema en esperar lo que sea. La puedo esperar toda mi vida con tal de poder hablar con ella.

—¿Toda la vida? Eso es mucho tiempo— dijo mirándome sorprendida—No prometas cosas que luego no puedes cumplir muchacho.

—Estoy dispuesto a hacerlo por ella— murmuré suplicante.

Ella permaneció en silencio durante varios segundos, mirando hacia el suelo. Ya no aguantaba, no me quedaba más paciencia, necesitaba saber de ella. Dirigió su mirada a mis ojos, y por fin habló.

—Es que vos no entendes, Federico— soltó. Y la verdad es que no, entendía cada vez menos—Ludmila se ha ido de ciudad.— Dijo y me miró tristemente.

—¿A dónde se ha ido?

—No puedo decírtelo... Ella me lo ha prohibido— dijo mirando hacia el suelo. 

—Pero pronto volverá, ¿no es así? ¿En algunas semanas? ¿Algunos meses?— dije cada vez más desesperado. 

Esther negó con la cabeza. Sentía como la sangre no llegaba a mis mejillas, y como cada vez me costaba más respirar. 

—Ludmila se ha ido para no volver, Federico. Se ha ido para siempre.

FIN

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FIIIIIIIIIIIIIIIN! 

Wiii que felicidad :D Espero que les haya gustado porque, bueno, siempre quise escribir una historia que tuviera un final triste, asi que no, no habrá segunda temporada, este es el final...

NAAAAA MENTIRA JAJAJAJAJA Si voy a hacer segunda temporada, porque hay un monton de cosas que se tienen que aclarar (por ejemplo lo del bebe, que muchas me han preguntado ya, tranquilas eso se verá en la otra temporada). Una cosa, la segunda temporada la voy a publicar aca mismo, porque me da la paja de la vida hacer otra poortada (encima ni se hacerlas) y ni siquiera tengo tiempo, asi que aca mismo esta bien

Espero que les haya gustado. Quiero agradecerles eternamente su apoyo, las adoroooooo! Les mando un beso enormeeeeeee!

Una Dulce Apuesta (Fedemila)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora