Quince

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Jungkook sintió unas manos suaves acariciarle su cabello, se sentía angelical e irreal. Incluso su mente creó a un chico hermoso con alas brillantes con pequeños destellos cada que pestañeaba.

— hermoso _dijo entre sueños, abriendo sus ojos y esa imagen seguía.

— Claro que soy hermoso, despierta ya.

Abrió los ojos a la par y viendo a la primera persona que era Jin, acariciando su cabello. Se sentó y notó que seguía en el mismo lugar.

— ¿estas bien? _preguntó Jin preocupado.

Jungkook solo pestañeó y recordó lo que pasó. Avergonzado bajo la cabeza levantándose del piso y viendo gente a su alrededor mirarlo con ¿preocupación?. De algún modo lo molestó pero aún así no dijo nada.

— si _dijo alejándose de las personas que lo rodeaban.

— Jungkook... ¿Todo está bien? _preguntó preocupado siguiendo al menor.

El Omega con su rostro serio caminadoba a pasos apresurados para no ser alanzado por él Omega mayor.

Aún se sentía confundido pero más molesto, pero no sabía si estaba molesto con Jin por haberlo seguido desde la universidad cuando a Jungkook no le gustaba las personas insistentes o molesto por que la gente lo viera débil aún no sabiendo quién era.

Jungkook tenía una personalidad oculta que Seokjin, estaba descubriendo.

— Jungkook..

Él mencionado cerró los ojos corriendo apresurado por las calles sin escuchar al mayor quién, le pedía, más bien le rogaba que se detuviera y hablaran, más no hizo caso a su llamado.

Negando siguió corriendo aún sabiendo que Seokjin no lo seguía pero siguió, con lágrimas en su rostro por ser él peor ser humano que pisó la tierra.

Llegó a otro parque, se sentó en la baqueta mirando a su alrededor y todo era muy diferente  este era demasiado ruidoso, por los gritos de los niños, como también murmullos de la gente que se encontraba ahí. Destestando aquel ambiente, fue hasta cespet y se sentó observando a una margarita que estaba casi muriendo y pensó en que así estará su alma de tantas malas energías que él mismo creó pero que aún así no se arrepentía, por que aquellos pensamiento eran su única compañía.

Su mejor amigo era él mismo mente y su corazón.

Entró al jardín de flores, su espalda cayó en el pasto verdoso y suave al tacto. Suspirando miró al cielo buscando entenderse lo que pasaba en su mente, por haber creado tantas ideas absurdas, preguntándose si algún día podría cambiar de opinión o al menos ver lo que todos ven en un compasión, que Jungkook nunca tuvo por más que veía a una madre llorar desesperadamente por ver a su hijo morir en sus brazos rogando se dolorosamente que por favor salven a su hijo.

Jungkook se preguntaba si algún día podría tener corazón o una alma de compasión.

Por qué todos veían que este príncipe era de corazón de hielo y no se equivocaban. A su corazón bondadoso lo mataron reemplazandose a uno frío sin sentimientos y no tenía reparo por que alguien roto no puede arreglarse.

Jungkook lo sabía, sabía que todo su pensamiento no era lo correcto, lo sabía muy bien, pero no lo evitaba.

También tenía un pensamiento o pregunta en realidad, ¿cuál o quién podría ser motivo de cambio? Bueno, no lo necesitaba. En realidad si, pero era demasiado orgulloso para aceptar lo que en verdad lo necesitaba.

Volteó a ver a otro lugar mirando a la nada y pero su vista captó algo que no se imaginaba ver. Era Taehyung con una chica besándose. Hizo una mueca de confusión e incluso su mente pensó en interrumpir y pedir una explicación por engañar a su hermano. Pero apenas lo pensó de inmediato lo descartó por que en este mundo Taehyung y Jimin lo eran nada así que no se contaría como infelidelidad, pero de todos esa relación que una vez existió de su mejor amigo y su hermano ya era un caso perdido, ya no tenía sentido seguir intentarlo por que el tiempo era demasiado corto para juntar a dos almas enamoradas.

40 DÍAS •TAEKOOK•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora