¡8!

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-Vaya, te ves tan... Guau.
-¿De qué estás hablando, Remus? Solo traigo puesto tu camisa.
-Te queda mil veces mejor que a mí, te lo aseguro.
-Eres un tonto.
-Por supuesto que sí, pero desde hace unas horas soy oficialmente TU tonto.

Remus señaló la sortija que traía en el dedo de la mano izquierda. Había ido a buscar a Tonks a Escocia, había tenido un presentimiento de que no podía pasar un minuto más sin ser su esposo y ella había dicho que sí.

-Es verdad, ahora soy Nymphadora Lupin.
-Legalmente no, pero ya habíamos hablado de esto amor.

Remus había estado acostado todo ese tiempo, habían pasado su primera noche como esposos y aunque todo había salido de maravilla ahora la guerra los volvía absorber. Se levantó hasta donde estaba ella mirando por la ventana de un pueblo tan pequeño que no aparece en el mapa, la abrazo por detrás susurrando contra su cabello un 'lo siento'.

-No lo lamentes. Sé que ahora no puedo cambiar mi nombre, pero no pienses por un momento que voy a quitarme mi sortija.
-Pero amor...
-Pero amor, nada. No lo haré, así que obviamente mi estatus va a cambiar.
-No hablemos de eso, estoy muy feliz para arruinarlo, vamos a comer nuestro pequeño pastel de bodas.

De camino a la posada habían pasado por una panadería y compraron unos roles de canela glaseados.

-No es un gran pastel, pero cuando todo esto acabe... te compraré un pastel digno.
-No lo necesito mientras esté contigo.

Tonks se safo de sus brazos y fue a dónde los roles, le pegó una mordida gigantesca.

-Mejor que el del Caldero Chorreante.
-Cualquier cosa es mejor que en el Caldero -y Remus también mordió un pedazo.
-Tienes glaseado en la nariz... esposo -dijo Tonks entre risas.
-Repitelo una vez más, por favor.
-Tienes glaseado en la nariz, esposo.
-Quiero escuchar eso el resto de mi vida... esposa.

Hola, hola, remadora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora