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La Orden del fénix estaba situada a lo largo de una gran mesa, Remus tenía la mano entumecida de apuntar cosas y mandatos. Tonks jugaba con uno de sus anillos mientras contemplaba a su antiguo director.

-Por último, la misión de esta noche, puede ser un tanto inusual. Me temo que los mortífagos no solo están planeando reclutar magos y criaturas, sino también muggles.
-¿Muggles, de qué servirían? -dijo Mundungus.
-¡Silencio! -gruño Ojoloco.
-Los muggles no tienen idea de con quién están haciendo tratos. Los mortífagos les dan dinero a cambio de usar sus instancias para reuniones clandestinas. "La margarita" es uno de ellos.
-¿El que está en la calle 17? -dijo Sirius.
-No sé por qué no me sorprende que conozcas ese tipo de lugares, Black -dijo Snape como quien escupiera veneno.
-Fui a ver si vendían shampoo, creo que no lo conoces, sirve para que pares de dejar grasa a dónde quiera que vas.
-No es momento para discusiones -dijo Dumbledore-, pero sí, es justo ese.

Sirius lo conocía por Remus, era un lugar de muy mala muerte dónde Remus iba cuando sentía que el mundo se venía abajo, más de una vez los merodeadores se enfrascaron en peleas en ese sitio.

-Yo lo conozco. Puedo ir sólo -dijo Remus mirando a Sirius.
-No puedes ir sólo, Remus -dijo Kingsley.
-Kingsley tiene razón -continuó el profesor-. Si Tonks no tiene problema, ella puede acompañarte.
-Claro -contestó Tonks de inmediato.
-Claro que no -contestó Remus mirando directamente al director-, ella no debe de ir ahí, es un lugar muy malo.
-Irá contigo, no creo que corra peligro, a menos de que al final seas como los tipo que se encuentran ahí -dijo Snape con una sonrisa.
-Cierra la boca, Quejicus -gritó Sirius.
-Estaremos bien -dijo Tonks como única respuesta.

La noche de la misión llegó, Remus se puso unos pantalones de mezclilla, sus zapatos y una camisa café de manga larga, Tonks llevaba un simple vestido gris pegado junto a una cazadora de color amarillo y sus usuales botas de combate.

-Cambia esa cara, todos pensaran que estamos peleando y alguien me invitará un trago.
-No tenías por qué venir, la gente aquí no es buena, estamos en una zona peligrosa.
-Puedo defenderme sola, soy auror.
-Iré al baño, puede que encuentre un mensaje o algo por el estilo.
-De acuerdo, yo estaré aquí vigilando.

Remus desapareció entre la multitud y a penas él se fue un par de chicos llegaron, "soy hombre en realidad", "mi onda son las mujeres", "no eres mi tipo", fueron las escusas más usadas, pero hubo un chico que se acercó sin intención de conquistarla, simplemente quería platicar, o eso creía Tonks en un principio.

-¿Quieres ir a un lugar más privado? -dijo el chico acercándose demasiado a Tonks.
-No, te dije que no eres mi tipo.
-Puedo serlo, dime cuál es tu tipo y lo seré.
-Su tipo soy yo -dijo Remus apareciendo detrás de Tonks empujando al chico hasta tirarlo en el suelo.
-¿Qué te pasa imbécil?
-¡Alejate de aquí! -Remus espero a que estuviera de pie para empujarlo nuevamente.

El chico era al menos quince centímetros mas chaparro que Remus, alzó las manos en señal de paz y se alejó maldiciendolo con todas las groserías que se sabía.

-Lo tenía bajo control -dijo Tonks levantándose de su silla.
-Sí, como a los otros tres, ¿no?
-¿Cómo? ¿Estabas viéndome?
-No tiene importancia, vámonos.
-¿Encontraste algo?
-Sí, ya podemos irnos.

Remus dejó que ella pasará primero, quería golpear a cada uno de los que la miraba, pero se contuvo. Casi llegando a la salida uno de los primeros chicos estaba a un lado.

-Hermosa, cuando el ya no pueda... Sabes dónde encontrarme.
-Hijo de... -Remus se volteó hacia él y le pegó un puñetazo rompiendole la nariz.
-¡REMUS! -dijo Tonks agarrándolo por detrás.
-¡Repitelo! -gritaba Remus sostiendo al muchacho de la camisa.
-Vamonos, déjalo. Es solo un idiota más.

Remus lo soltó y tomo la mano de Tonks sacándola de ahí.

-Le rompiste la nariz, Remus. Veníamos de bajo perfil.
-Y faltaron muchos más, quería golpear a cada uno de eso idiotas que te miraban.
-No puedo creer que esto esté sucediendo realmente -dijo Tonks.
-¿De qué hablas?
-Estás celoso, tú los golpeaste porque estabas celoso.
-Yo no... Yo no estaba celoso.
-Entonces no te importa si entro a dejarle mi dirección al único que sí me agradó.
-No lo harás...
-¿Cómo estás tan seguro?
-Porque lo que dije fue verdad, yo soy tu tipo, Nymphadora. Yo soy el único que es tu tipo.

Remus la tomó de la cintura y la beso por primera vez. Todos los besos que habían dado antes estaban mal, el beso correcto era el que se estaban dando en ese momento, de manera desesperada, con todos los sentimientos de meses saliendo por el único medio que les era posible.








*Me encanta Remus celoso JAJAJA

Hola, hola, remadora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora