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Tonks arrastra los pies hasta llegar al elevador, miro su reloj, ya eran las nueve de la noche, presionó el número cuatro y solo podía pensar en llegar a cenar junto a su novio.
Remus y ella han tenido días buenos, la luna llena está lejos, las misiones en la orden van relativamente bien, pero el ministerio, el maldito ministerio cada vez está peor, su jefe pone misiones cada vez más ridículas.

Al salir del elevador y escucha un maullido amenazador.
-Ahora no señor Tartaleta, tengo que llegar a casa.
Pero el gato la mira amenazante, lleva algo que hace que no la reconozca.
-No tengo tiempo para explicaciones, nos vemos.

Su departamento es el último, tiene una gran planta a un lado de la puerta principal, toma su llave con mucho trabajo y la desliza por la puerta. Al entrar por primera vez en el día siente como todo irá bien.

-Lobo, ¿estás ahí? -se burla.

Remus no toleraba las bromas acerca de los lobos en un principio, pero ahora se ha dado cuenta de que no tiene mucha opción. Él está en la cocina, algo huele delicioso, en el tocadiscos un vinilo de Queen suena a un volumen moderado.

-Hola gua... guapa -Remus la mira con un cucharón embarrado de salsa.
Tonks se acercó y con mucho esfuerzo le dió un beso en los labios. Sabía a salsa de tomate.
-Te contaré mi día -dijo ella sentándose en el desayunador que tenían entre la sala y la cocina.
-Por favor -dijo Remus conteniendo una sonrisa.
-Llegue al ministerio (Kingsley puede ser un idiota cuando se trata de fingir), me ordenó que hiciera un rastreo de la ubicación de los mortífagos de rangos no importantes y yo le dije "¡Hey, si son de rangos no importantes, ¿por qué nos importa?" Y el dijo "!sólo hazlo" y se fue.
-Mmmh -Remus asentía mientras le daba vuelta a algo en la estufa.
-De acuerdo, de acuerdo, continúe con mi camino y me tropecé con la estúpida lonchera de Susan.
-¿Otra vez?
-Lo sé, lo sé, así que le grite "Susan, si no quieres que pateé tu comida, no la pongas en mi camino" y me alejé de ahí.
-¡Esa en mi chica!
-Y después me encerré en mi cubículo hasta la hora de la comida, hice todo los rastreos y se los lleve a Kingsley, él estaba con Percy y para sonar más idiota me hizo ir a rastrear uno a uno. Pase toda la tarde en eso, no comí más que mis uñas, una galleta que un niño me regaló y un par de zanahorias. Estoy cansada y hambrienta, por eso he llegado tarde.
-Todo eso tiene sentido, pero por qué estás usando un disfraz de zanahoria.

Tonks llevaba un disfraz de zanahoria completo, no se le vía ni el cabello, solo la cara y sus pequeñas manos, era al menos tres tallas más grande y se podía ver qué pesaba porque caminaba tambaleándose considerablemente.

-Porque uno de los malditos mortífagos tiene un club nocturno.
-¿Y saliste a bailar vestida de zanahoria? -Remus ya no podía contener su risa-, he visto enfermeras, policías, pero nunca una zanahoria.
-Ja, ja, ja, muy gracioso, frente al club había una tienda "La Reyna de las zanahorias" -dijo Tonks señalando su pecho-, es un lugar vegano (deberíamos ir), bueno, como tenía que pasar un rato vigilando hasta verificar si era su ubicación me metí a trabajar de botarga.

Remus se partió de risa por unos minutos.

-Espera, espera, me duele el estómago, espera -Remus se tocaba el estómago con las manos y unas lágrimas de risa se asomaban.
-¡Oye! ¿Cómo sabes los disfraces de las chicas?
-Eres la zanahoria más hermosa que he visto -Remus trato de rodearla con sus brazos pero el disfraz era muy grande-, ¿pudiste confirmar la ubicación?
-NO ME CAMBIES LA CONVERSACIÓN.
-No fue mi idea, fue para la despedida de soltero de James, oye, ¿tienes mucha hambre? -dijo Remus mordiéndose el labio.
-¿Quieres hacerlo? Oh Merlín, ¿el disfraz?

Remus solo asintió.

-Eres un enfermo, Remus Lupin.
-Tienes razón, vamos a cenar, debes estar hambrienta.
-No, no, no, ahora vamos a qué comas tu porción de vegetales.

Hola, hola, remadora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora