Hola, hola, remadora.

Conejo

En algún punto del diciembre del 96'.
Remus lleva meses "bajo tierra", comiendo animales, negándose a morder e infectar humanos. Desea bañarse, pero sabe que ni un mes de baños continuos servirán para que deje de sentirse asqueroso. Ya van dos veces que ve a Dumbledore, en ambas le ha pedido que no diga nada de su estado, aunque la última vez el viejo director dijo que Tonks estaba en Hogsmade.
Remus hizo como que no escuchaba.
-Como le seguía diciendo, profesor. Ellos me han contado que Fenrir deja ir a quien lo desee, por la navidad.
-Ve a la madriguera, ahí estarán esperándote. Molly ha insistido, muchísimo.
-Lo haré, ahora me tengo que ir.
-Remus, espera.
-Mande.
-No eres igual que ellos...

Remus no dijo nada, no asintió y tampoco sonreía, solo se quedó ahí parado sin mover un músculo. El director dió la media vuelta y desapareció.
-¿A dónde irás? -preguntó uno de la manada-. Nosotros la pasaremos juntos, por si quieres venir.
-Tengo personas que me esperan, pero muchas gracias.

Remus salió de la cueva, debían ser al menos las doce del día, el sol lo cegó de inmediato, miro sus brazos, pálido, con al menos quince cicatrices nuevas, alargó el cuello de la camisa y pudo ver todos sus huesos, Molly lo iba a matar y Tonks también.

Tonks

Caminaba lo suficiente para apoyarse en un árbol, cerro los ojos y ella apareció. Sus ojos a veces verdes, a veces azules, pero siempre hermosos, siempre que lo sorprendía viéndola Tonks le guiñaba un ojo. Soltó un suspiro, recordó su cara en forma de corazón, sus cejas pobladas y sus labios gruesos, la risa, el pico del pato, el sonido de su voz llamando. Remus sonreía, después de seis meses, sonreía.
La última vez que hablaron fue un desastre, ella estaba molesta, porque Remus parecía querer morir que aceptar su amor.
¿Pero qué no lo comprendía? Remus era muy viejo, muy peligroso y muy pobre, ella merecía a alguien completo, alegre y entusiasta.

-Que jodido estoy -dijo para sí.

Se paró derecho y giro para aparecer en su casa, se baño durante tres horas, no podía dejar de quitarse tierra.
Tenía que avisarle a Dumbledore, tomo su varita, la Orden tenía los patronus para comunicarse, se concentró colgándose la toalla en cuello.
-Expecto patronum -susurro.

Una liebre salió de ahí. Remus soltó su varita tan rápido que al chocar contra el suelo salieron chispas rojas de la punta.
-No, no, no, no, no, ¡NO! -Remus se tocaba la cara, se pega cachetadas y tomaba su varita de nuevo-. Me lo imaginé, vamos Lupin, concentrate.
Volvió a intentarlo, el conejo salió, pego dos brincos y le guiño un ojo.

-¡Por Merlín! Carajo, carajo, carajo.

Decidió hacer un patronus incorporeo y aviso que estaba bien.
Su sorpresa fue que en navidad Harry le había dicho que el patronus de Tonks había cambiado también: un animal grande de cuatro patas.

¿Era eso una señal de que debían estar juntos?

*Pensé mucho en esto, ponerlo en la nueva historia, pero la verdad es que una parte de mí no podía creer que Remus cambiará su patronus, al preguntarles (AGRADEZCO QUE ME CONTESTARAN💚), me dijeron lo mismo, aún así no quería quedarme con la espinita y aquí está.