Hola, hola, remadora.

98

El despertador sonó en casa de los Lupin.
-¡Apágalo! Va a despertar a Teddy -Tonks comenzó a empujar a su esposo hasta que Remis cayó de la cama con el despertador en la mano.

Remus se sentó en silencio, entorno los ojos y el silencio continúo.

-Sigue dormido -Remus se levantó de suelo y subió de nuevo a la cama.
-Odio que mi permiso de maternidad haya pasado, soy una heroína de guerra, ¡quiero vacaciones!
-No vayas a trabajar -Remus abrazo a Tonks atrapandola con su peso-, solo tenemos que esperar un poco y pondremos a Teddy a trabajar.
-Aunque me gusta la idea tengo que ir y tú tienes que ir al colegio.
-Shh, escucha -Remus aún con los ojos cerrados le tapo los labios a Tonks con los suyos.
-No escucho nada.
-Exacto, le doy cinco minutos para que empiece a llorar, solo quédate cinco minutos más aquí.
-No, me tengo que levantar ya.

Remus hizo un puchero mientras Tonks se levantaba de la cama.

-¡Eres tan lindo cuando haces pucheros así! -Tonks se sentó de nuevo en la cama-, ¡no, estás haciendo trampa!
-De acuerdo, dame un beso y déjame aquí solo con mi agonía.
-Tramposo y dramático.

Tonks se sentó sobre sus rodillas en la cama y Remus se sentó cerca de ella para poder besarla, pero justo antes de que sus labios se tocaran un grito los espanto.

-¡PAPI! -Teddy comenzaba a llorar desde el cuarto de a lado-, ¡PAPI!
-Lo siento, mi niño me llama -dijo Remus levantándose de un brinco.