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-¡Oh!, ahora tenemos un horario para cuando podamos abrazarnos -dijo Tonks cerrando la puerta del dormitorio de Remus tras ella.

Remus ya estaba a punto de conciliar el sueño, pero el portazo lo hizo despertar.

-¿De qué estás hablando?
-Sabes de qué estoy hablando, te pedí que me abrazaras cuando terminó la junta y después en la misión, ¿hay algún horario? ¿tengo que llenar una fórmula?
-La primera vez no lo hice porque estaban todos ahí y aunque hubiera querido, tenía los brazos ocupados con los platos vacíos -dijo Remus de manera tranquila-, la segunda, querida... bueno, tú ibas de otra persona y siento extraño abrazar a alguien que no tenga esa cara en forma de corazón que tanto me gusta.
-¡Pero soy yo!
-Pero luces diferente, siento como si te engañara -Remus se levantó de la cama.
De unas cuantas zancadas largas llegó hasta Tonks.
-No sé cuánto más pueda resistir no besarte frente toda la orden -dijo Tonks cuando Remus estuvo lo suficientemente cerca.
-Ya hemos hablado de eso, dijiste que estabas bien.
-Lo estoy, de verdad.
-¿Te quedarás a dormir? Prometo abrazarte toda la noche.
-¿Toda?
-Toda.

Hola, hola, remadora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora