INQUEBRANTABLE [+18] PRIMERA PARTE

Capítulo 8

HOLAAA, antes de empezar el capitulo queria agradecerles por llegar a los 1K de lecturas. No saben lo feliz que me siento, gracias por darle esta oportunidad a mi historia, los llevo en mi corazón. Sin más que agregar... Disfruten el capitulo.

IRINA :

Al día siguiente, como era de esperarse, abordo el avión con destino a Londres.

Ethan se mantiene serio durante todo el camino y no me queda de otra que imitarlo.

El silencio es incómodo, porque siento que quiere decir algo, pero simplemente no lo hace.

No quiero sacar el tema del ruso otra vez, aunque me haya dejado con más preguntas que vida. Pero no tengo de otra que investigarlo por mí misma.

Por un lado, no me conviene tenerlo lejos, porque puede ser un socio potencial para la empresa, pero antes debo asegurarme que sea confiable.

Luego de un largo rato de viaje, llegamos a Londres. Al salir del avión me encuentro con la imagen de la secretaria de Ethan, si más no lo recuerdo, se llama Isabela.

Paso de largo cuando intenta saludarme. Normalmente no soy así, pero hoy no estoy de humor y su mera presencia me enerva.

Espero que si Ethan quiere seguir con el trato, respete los términos y condiciones. Si no lo hace... Lo voy a mandar a volar. No estoy para aguantarle todo el tiempo.

Sigo mi camino y Marcel mi guardaespaldas y chófer ya se encuentra esperándome fuera del aeropuerto.

- Bienvenida, señorita - sigue el protocolo y me abre la puerta del auto.

Me acomodo sobre el asiento, él pone todas mis cosas en la maletera y se sube al vehículo.

- A casa, por favor - ordeno

- Como ordene - arranca el motor y nos perdemos en la ciudad. - Sus padres llamaron hace poco y piden que se comunique con ellos. - informa.

- Invéntales que aún no llego, mañana tomaré su llamada, ahora no me encuentro bien - recuesto mi cabeza en el asiento.

- Como ordene... ¿Quiere que le aliste algo en su departamento?

- No, estaré bien. Al llegar a casa puedes retirarte, no creo necesitarte el resto del día, tómate un descanso.

- Esta bien - mantenemos el curso de vuelta a mi departamento

- ¿Recogiste el auto que te encomendé? - pregunto, mi auto se quedó ese día en el estacionamiento del antro.

- Si, señorita. También lo mande a lavar y ya se encuentra como nuevo en la cochera de su edificio. - responde.

- Gracias.