Orgullosa, ambiciosa y muy atractiva.
Esa es Irina Romanova.
Una mujer que aunque la vida la quiera avasallar, no se deja pisotear fácilmente.
Reconocida empresaria y dueña de varias empresas internacionales, Irina tiene todo lo que una chica de su...
Gracias por las 4K en lecturas mis amores!! Los quiero mucho. Les dije que ya nos acercábamos a un acontecimiento importante y pues aquí les dejo 2 capítulos, espero los disfruten 💖
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
IRINA:
Antes de la boda decidimos dar un paseo por la ciudad de París. Obviamente no podíamos irnos sin siquiera conocer un poco.
Desgraciadamente llamaron ayer de la oficina y dijeron que se había presentado un problema, por el cual deberíamos de regresar esta semana.
Es injusto, porque tenía planeado relajarnos por lo menos una semana, y no fue así.
Salgo de la habitación y espero por Ethan que no tarda en llegar.
— Vamos... — toma mi mano y salimos del hotel.
Tomamos un taxi que nos deja en la torre Eiffel, pasamos el rato tomándonos fotos y conociendo de cerca la edificación. Compramos un pase para conocer aún más y nos dan un largo y extenuante recorrido contándonos la historia detrás de tan hermoso monumento.
Seguidamente nos dirigimos a la Catedral de Notre Dame.
Ethan pide que pose para su cámara y así lo hacemos durante un buen rato.
— Anda, que quiero llevarme un recuerdo —pide.
— Ethan ya tomamos un montón de fotos, ya dejalo por la paz. — sigo mi camino y me distraigo viendo una flor rara en el jardín.
Solo se puede pasear por lo alrededores ya que se encuentra cerrado. Sin duda alguna, este es un lugar hermoso.
Escucho el click de la cámara y veo a Ethan tomar la foto.
— Ethan... — me quejo.
Él ríe y se da la vuelta
— Te di la opción de hacerlo por la buenas — levanta sus manos — Y no quisiste...
— No es justo... Debo salir horrible, borrala — le persigo.
— Eso sería imposible — responde él.
— Imposible no tener cojones, ahora borrala — exijo.
Se da la vuelta y su rostro queda frente al mío. Se acerca más y agacha su cabeza hasta quedar a mi altura.
— Ya te dije que no, rubia. — posa los labios en mi frente y me da un suave beso. — Esta foto se irá conmigo, y tú también, vamos, que tenemos un largo camino que recorrer.
De mala gana lo sigo, sin conseguir borrar aquella foto.