INQUEBRANTABLE [+18] PRIMERA PARTE

capitulo 13

Mini maraton (1/2)
Gracias por el apoyo 💖

IRINA:

Unos dedos suaves acarician mi cuerpo lentamente en tanto abro los ojos. La mirada de Ethan recorre mi rostro y se fijan en mis labios, apenas despierto.

Sonríe y relame sus labios.

Sus manos calidas continúan su camino. Ascienden y descienden de mis brazos a mis caderas, para finalmente bajar a mi entrepierna. Muerdo los labios al sentir sus dedos escurrirse dentro de mis bragas y abro un poco las piernas para mejor acceso.

— Buenos días rubia — susurra en mi oído.

Comienza a masturbarme lentamente y cierro los ojos ante el contacto, sabe muy bien lo que hace y eso me exita aun más. Su pulgar masajea mi clitoris en tanto dos dedos se adentran en mi sexo.

Acerca sus labios a los míos y trata de besarme, pero lo detengo.

— Aliento mañanero — tapo mi boca con la palma de mi mano.

— No me importa — se vuelve a acercar.

— Pero a mí sí — me levanto de la cama y tomo una de las sábanas para taparme.

Voy directo al baño y cepillo mis dientes, termino de hacerlo y veo a Ethan en la puerta.

— ¿En serio? — pregunta irritado. Aún se encuentra desnudo y es todo un espectáculo para mis ojos.

— Sí — ruedo mis ojos y me termino sacando la sábana para ir a la ducha.

— Okey... Ustedes las mujeres en efecto, son muy complicadas.

— No mi vida, el hecho de que no me sienta cómoda con el aliento mañanero, no significa que otras personas no les guste — explico — Solo... Me gusta la limpieza, es todo — le resto importancia.

Abro la llave del jacuzzi y este comienza a llenarse lentamente. El agua atemperada me recibe muy bien y antes de sentarme siento a Ethan detrás mío.

— Eres muy rara Irina... — pasea las dedos de su mano por mis brazos mientras se pega cada vez más a mí.

— ¿Sí...? — sus labios recorren mi cuerpo.

Entramos juntos y me siento sobre sus piernas, de espaldas a él.

Amarra mi cabello en un moño y masajea mi espalda lentamente, tomo la espuma entre mis manos y juego con ella mientras Ethan continúa su trabajo de relajarme.

— No sabía que eras tan insegura con lo del aliento mañanero — se burla.

— No estoy acostumbrada — me encojo de hombros.

— Te lo digo enserio... — me voltea el rostro para quedar frente a frente — No es ningún problema para mí, si se me antoja besarte lo haré — sus ojos nunca dejan los míos. — Ya sea con aliento mañanero, oliendo a alcohol u otra cosa, tus labios seguirán siendo perfectos para mí, y tu boca mi perdición.