INQUEBRANTABLE [+18] PRIMERA PARTE

Capítulo 24

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IRINA:

Luego de haberme asustado por lo que dijo y prácticamente hacerme pensar toda la noche por fin pude dormir.

Pero no me duró mucho ya que apenas pegué el ojo me di cuenta que ya era madrugada. Dormí poco, sí, pero tiene su recompensa porque hoy por fin conoceré los verdaderos negocios de los Nikiforov.

Me visto lo más rápido que puedo y salgo al comedor. Como siempre todos están en sus respectivos lugares, excepto Viktor, quien no apareció desde ayer.

— Misha, ¿Hoy iras al "Citrus"? — pregunta el abuelo Nikiforov.

A la mención de mismo Prishka se pone nerviosa y sin querer deja caer su cubierto, provocando un horrible estruendo.

Todos la miran y ella pone su mejor cara.

— Lo siento mucho, que tonta soy — trata de excusarse y todos vuelven a su comida.

— Creo que no — responde finalmente Misha.

Maldita sea

Si no fuera curiosa no querría ir allí, pero ya me abrieron esa puerta y ya no hay vuelta atrás.

Pronto uno de los hombres de Viktor, si más no recuerdo es el anterior que nos llevó de compras, entra en la sala.

— Señora Irina, debe acompañarnos. Órdenes del señor Nikiforov — Fabio... Ahora que lo recuerdo se llama así. Asiento y me limpio la comisura de mi boca antes de salir.

— Irina... — llama Prishka apresurada, me doy la vuelta y ya la tengo a mi espalda. — Hagas lo que hagas no vayas al "Citrus" por favor — susurra solo para mí.

— ¿Qué hay allí? — pregunto curiosa.

— Sé que quedamos en que ibas a conocer todo, pero por favor no dejes que te lleven allí. No te hará bien verlo. — dice preocupada y asiento.

Ella se va mas tranquila y yo sigo a aquel chico.

— ¿A donde iremos? — le pregunto.

— El señor Nikiforov tiene asuntos por atender, por lo que me mandó a buscarla y llevarla allí. — responde a medias pero no objeto nada.

Lo siento mucho por Prishka y la promesa que le hice, pero necesito ir allí. Siento que encontraré algo que me sirva.

Ojala...

El viaje a "algún lugar" donde esté Viktor dura un poco más de lo esperado ya que salimos de la ciudad y nos dirigimos al norte por otro lugar que ni tenía idea que existía.

Pronto me encuentro en un almacén abandonado en medio de la nada y todos los autos se detienen.

Abren mi puerta y me ayudan a salir. Me escoltan hasta el lugar y abren el gran portón que lo separa de la parte de afuera.