Habían pasado dos días del incidente y JiMin se negaba a comer algo o salir de la cama.
Lisa le rogaba con cualquier alimento, pero JiMin simplemente no quería comer.
-Espera afuera!- irrumpió el señor Park en la habitación de JiMin.
-Si, mi señor.- al salir, ordenó a los sirvientes que se alejaran de la puerta.
-Acaso quieres que su majestad nos degüelle?
-... Quiero ir a casa...
-Lo estás tirando todo a la basura! Todo el esfuerzo de tu madre por instruirte... y así lo agradeces? Y tú hermano... ha conseguido un excelente alfa... quieres que todo se cancele?
-No quiero que vuelva a golpearme...
-No lo hará cariño. Es que tú lo provocaste, pero si te portas bien, su majestad te premiará.
-Appa... puedo ver a mi esposo?
-... Será una visita rápida.-
Sabía que si cedía un poco, JiMin estaría de mejor humor y desecharía esa idea tonta y peligrosa de abandonar el castillo.
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-Está frío?
-No... está bien.-
JongIn al fin logró que JiMin comiera un poco de sopa.
Sentía rabia al ver la mejilla morada e hinchada de su bonito esposo, pero debía planear bien lo que haría para poder llevarse a JiMin con él.-Quieres más agua?
-Si, por favor...-
JiMin le sonreía a pesar de que sus ojos se veían tristes.
El Omega comenzaba a hacerse a la idea de morir a manos del rey en algún momento de ira.
-Su majestad viene hacia acá!- entró Lisa preocupada.
-Debes irte...
-Te amo, mi hermoso esposo.- Susurró el alfa antes de dejar un besito en la frente de JiMin y salir de prisa.
Su corazón estaba felíz. Al fin había podido hablar con su alfa, tomarlo de las manos, recibir sus atenciones. Nada podría quitarle esa felicidad aunque fuera momentánea.
Minutos después llegó el rey, pidiendo a los empleados que se retiraran.
También lanzó a Lisa y a los omegas.
JiMin seguía sentado en la cama, con su camisón de dormir, envuelto en las sábanas y pieles.
Al mirarlo, JungKook se dio cuenta de lo que había hecho. Ni él se explicaba por qué había reaccionado así.
Sabía que JiMin era un Omega casado, y era obvio que en algún momento tendría que ver o hablar con su alfa al ser miembro de la corte, pero odiaba la idea de que eso sucediera.
El alfa se veía nervioso. No sabía si sentarse en la cama era buena idea. No quería que JiMin se sintiera más nervioso al pensar que lo obligaría a tener sexo con él en ese momento.
-Te traje algo...- dijo, sentándose en la orilla de la cama, tomando la mano de JiMin.
-Su majestad... no era necesario.
-Espero que te guste.- dijo, mostrando una gargantilla con las iniciales PJM colgando.
-Es muy bonita. Le agradezco.-
El alfa se acercó y la puso en el cuello del omega, quedandose cerca, mirándolo.
-Lamento lo que hice... no volverá a ocurrir!- aseguró.
-... Acepto sus disculpas.
-Qué te parece si vamos a dar un paseo por la mañana?
-Si, eso me encantaría.
JungKook colocó su mano en la mejilla de JiMin y éste se dejó hacer, condescendiente.
-Ya debo irme.
-Le agradezco por venir.-
JiMin se veía aún más joven en sus ropas de dormir.
Pero esa ternura hacia a JungKook sentirse extraño.
Necesitaba consultar urgentemente con su personal de confianza por qué se sentía de esa forma.
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Por la mañana, el carruaje del rey ya estaba listo. Irían unos cuantos sirvientes para atenderlos.
Y JiMin se veía de mejor humor.
JungKook pensaba que era por su visita del día anterior. La verdad era que JongIn le había enviado otra carta por la mañana, antes de que saliera de la habitación.
-Estás teniendo un buen día?
-Si mi lord.- respondió JiMin sonriendo, mirando al rey mientras él se mecía en el columpio.
Ya habían comido el almuerzo y JiMin había mojado sus pies en el riachuelo.
-Siéntate conmigo!- pidió.
Sentía que su celo estaba por llegar pronto. Necesitaba tener a JiMin cerca todo el tiempo.
El omega se levantó aún descalzo y caminó sobre las telas dónde JungKook yacía sentado, leyendo un libro.
Esa parte de él también le encantaba.
Era tan niño, tan inocente que a veces olvidaba la etiqueta y hacía las cosas por impulso.
De un momento a otro, JungKook estaba sobre el Omega, besándolo. Intentando no asustarlo.
JiMin arrugaba las telas debajo suyo con sus pequeños puños ante las nuevas sensaciones en su cuerpo.
Jamás pensó que alguien podría besarlo así o que siquiera estuviera permitido besar así. Siempre le enseñaron que un beso breve era más que suficiente y ahí estaba el rey, besándolo una y otra vez.
No era feo y se veía aún más agradable con los ojos cerrados y las facciones relajadas.
Se dejó llevar por las cosquillas que sentía en su vientre y cerró los ojos, entregándose al beso, tratando de imitar los movimientos que hacía JungKook al besarlo; aunque no tuviera éxito.
El alfa se separó un poco y le sonrió, sintiendo ternura por las acciones de su omega.
-Eres hermoso.- Susurró, mirando a JiMin aún con los ojitos cerrados, esperando más de esos dulces besos.
Durante el regreso al palacio, JiMin se quedó dormido y JungKook aprovechó para acomodarlo a que durmiera en sus brazos.
Jamás se había sentido atraído por un Omega tan joven. Pero esta vez era diferente a con los otros omegas que llegaron a pasar por sus garras. Podía sentirlo en su interior.
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La semana siguiente a ese breve paseo, JungKook buscaba estar acompañado de JiMin todo el tiempo cuando estaba en palacio.
Daban largos paseos por los jardines y corredores. JungKook leía un poco para JiMin y viceversa, descansando bajo algún árbol o cerca de la enorme fuente rodeada de jacarandas.
Los cortesanos estaban asombrados e incluso envidiosos.
JungKook salía de vez en cuando con los omegas que tenía por amantes, pero jamás había dejado que alguno lo tocara en público.
No como JiMin, que enredaba su bracito con el del rey o éste le dejaba caricias tiernas o besitos.
Capitulo cortito porque me extrajeron una muela del juicio y me causó una reacción alérgica el medicamento que me recetaron para evitar la infección...
Así es gente que me lee. Estoy hinchada y con ronchitas 🤭
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🤴El cortesano y el rey! ⚜️ Kookmin Omegaverse🛡️ EDICIÓNPAUSADA!
Fanfiction-¿Cómo pudiste permitirlo?! -... -Sabes lo que va a pasar? Todo lo que JiMin quiso siempre fue una vida en el campo, criar a sus hijos en un ambiente tranquilo y lejos de las excentricidades y reglas que había en la corte. No hubiera podido imagina...