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-Quería verme majestad?

-Si. Estás bien? Tienes las mejillas sonrosadas…

-Tal vez deba refrescarme un poco, es un día caluroso mi lord. Pero estoy bien. Necesitaba algo?

-Camina conmigo!-

Sin pensarlo siquiera, se prensó del brazo de JungKook y salieron de la sala de estar de la pieza del Omega.

Caminaron en un silencio bastante agradable para el menor hasta que pensó que debía iniciar la conversación.

No se había dado cuenta que poco a poco iba perdiendole el miedo y se sentía cómodo con la presencia del rey a su alrededor.

Ya no se cohibía como los primeros días después de su llegada.

-Su madre…

-Ya se ha ido.  Partió por la mañana, muy temprano.

-Oh… es una lástima, prometió que me mostraría algunas cartas y obsequios del rey.-

Pensaba JiMin que eran del rey Jeon, pero eran del amante Omega de la reina. Se habían enamorado desde que su esposo los presentó en un cumpleaños.

Ella solo le había dicho a JiMin que eran de la persona a la que había amado, el menor armó el resto de la historia en su mente.

-Qué tenían de especial? Solo son cartas...

-No son solo cartas mi lord. Fueron escritas con amor y cariño; y fueron conservadas tantos años con el mismo amor y eso les da un valor que ni todo el oro del mundo puede comprar.- aseguró.

Pero JungKook no creía en esas cosas de amor verdadero ni las tonterías que le había dicho su madre de su persona destinada.

Para él, todo era posible adquirirlo con oro o con amenazas.

-Puede ser mejor oro y piedras preciosas. Eso sí podría comprarlo, no?-

El Omega soltó una risita.

-Si, puede ser mi lord.- respondió resignado, pero felíz.

JungKook a pesar de tener 27, no dejaba de ser un cachorrito en el interior, que pensaba que con dinero se puede comprar todo, incluso amor.

-Has leído el libro que te regalé?

-Aún no lo termino. Le agradezco por su obsequio. De verdad me encanta!

-Ah, si?-

Cuando JungKook vió que JongIn caminaba hacia ellos, jaló un poco a JiMin hacía una puerta abierta que daba a la bodega de la cocina.

-Qué pasa mi señor?

-Tus feromonas. Son muy fuertes el día de hoy… acaso tu celo llegará pronto?- Susurró, aprisionandolo contra la puerta para restregar su nariz en el blanco cuello.

-Mi lord, por todos los cielos! No… no es apropiado hablar de eso y menos con un alfa… lunas…-

El Omega estaba abochornado.

Su madre le había dicho que el celo era algo sucio con lo cual Dios y la Luna habían castigado a los alfas y los omegas.

Que el celo los hacía pecar y buscar satisfacción carnal por medio de el acto que debía hacerse únicamente para engendrar cachorros.

-Tranquilo cachorro. Es normal que tengas el celo y también es normal hablar de ello con tu alfa.- susurró antes de comenzar a repartir besitos en el cuello  del menor.

-Creo que debería ir a recostarme un momento… siento que voy a enfermar.- Murmuró el Omega sintiendo que su cuerpo estaba caliente.

Se sentía envuelto en el fuerte aroma a fuego y tierra húmeda del alfa. Le gustaba la sensación de los labios del alfa en su cuello haciendo cosquillas.

🤴El cortesano y el rey!  ⚜️ Kookmin Omegaverse🛡️  EDICIÓNPAUSADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora