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Un mes después…

-Qué haces cachorro?- Preguntó el señor Park.

Se acercó y dejó un beso casto en la frente del menor y una leve caricia en la pancita de 6 meses

-Estoy tejiendo ropita para el cachorro. Cuando nazca hará frío y no quiero que se enferme. Mi bebé estará calientito con ésto.

-Son muy bonitos. Tu mamá te envío panquecillos de mantequilla y algunos duraznos de la casa.

-Duraznos? Justo quería comer uno ayer… Lisa, puedes lavarlo por favor?

-Claro alteza. En un momento vuelvo.- se retiró dando una reverencia.

-Tu mamá también está haciéndole algunas prendas. ¿Cómo te has sentido?

-Bien appa, pero se ha vuelto un poco pesado y me duele la espalda.
Podrías pedirle a mamá que me envíe algún ungüento?

-Lo haré cachorro. Yo venía a avisarte que el rey quiere verte.

-Te dijo para qué?

-No me dijo. Solo mencionó que era importante.

-Bien… voy enseguida.-

Con trabajo JiMin se levantó del sofá y se abrochó la camisola aunque tenía mucho calor.

Esperó a que llegara Lisa y con ella siguiéndolo, camino lentamente por los corredores, encontrándose a JungKook en las escaleras.

-No bajes cachorro. No te esfuerces tanto, lo que te quiero mostrar está arriba.-  pidió el rey, quitando de las manos de JiMin el durazno mordido.

-Qué es?

-Aguarda. Es una sorpresa!-

Con JiMin prendado del brazo del alfa, caminaron de vuelta hasta el área privada del rey.

-No entiendo… que querías mostrarme?

-Aquí… abre la puerta!- pidió al sirviente.

Abrió una puerta por la cual el menor nunca tuvo curiosidad, al otro extremo de su habitación de casados.

-... Mi lord!

-Te gusta?

-... Uhum! Si… muchas gracias!!- respondió llorando, abrazándose al torso del alfa.

-Me alegra que te guste. Vino el mejor pintor del país a pintar los ángeles del techo.

-Son hermosos...

-No llores cariño.

-Gracias!-

El rey había ordenado a los sirvientes que desocuparan la habitación que fungía como bodega de las cosas de su padre luego de su muerte, para arreglarla y amueblarla, convirtiéndola en la habitación del cachorro para sus primeros años.

Todos los muebles estaban ya acomodados. Había una hermosa cuna blanca, algunos sofás individuales, un diván, cajoneras, la chimenea estaba limpia y desollinada. 

Había pedido al carpintero que hiciera una carriola para sacar a pasear al bebé y un caballito mecedor para cuando su cachorro pudiera jugar.

También, los sirvientes habían hecho algunos muñequitos de trapos para que el bebé se entretuviera.

Era un pequeño muy esperado y amado por todos.

-Aquí está el regalo de tu papá, cachorrito.- interrumpió el señor Park, llevando consigo un móvil que pondrían sobre la cabecera de la cuna. Tenía conchas y caracoles de mar de distintos tamaños y colores.

🤴El cortesano y el rey!  ⚜️ Kookmin Omegaverse🛡️  EDICIÓNPAUSADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora