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El timbre suena y no espero comida, mucho menos a alguien que podría estarme visitando, así que no tengo una razón para levantarme del sofá y ver de que se trata

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El timbre suena y no espero comida, mucho menos a alguien que podría estarme visitando, así que no tengo una razón para levantarme del sofá y ver de que se trata.

Na- Ri no ha vuelto de sus vacaciones con sus padres y Jaehyun salió hace tres dias molesto de aquí. Por una diferencia de opiniones que nos llevó a una discusión donde dije algunas cosas de las cuales me arrepiento. Le insiste que no se fuera, fue lo más lejos que llegue saliendo de mi normalidad, cerró la puerta con fuerza, así que no me permití romper mi orgullo aún más para llamarlo o enviarle un mensaje disculpándome por más que quisiera. Así que se que no es él quién toca el timbre, se que él no vendrá, su rostro molesto me lo dejo en claro, hasta quizás haya decidido terminar conmigo y yo no esté enterada.

Sigo recostada incluso cuando suena el timbre por tercera vez, mirando lo que se supone es un divertido programa de televisión, pero no puedo centrarme teniendo a alguien insistiendo en que abra la puerta. Las probabilidades de que alguien se haya equivocado de apartamento también son altas, por lo mismo no me dan ganas de siquiera mirar detrás de la cámara de seguridad.
Mi celular suena y lo agarro de la mesa de centro, inesperadamente Ten está llamándome, así que atiendo un poco desconcertada. Él nunca me llama, si suele mensajearme a menudo pesar de que no le respondo, él sigue esforzándose en que nuestra no amistad funcione.

— ¿Si? — Pregunto.

Hola Min, ¿te encuentras en casa? — Siempre me he preguntado por qué su voz suena tan dulce, siendo que no se ve tan adorable como todos creen.

Si. — Me enderezó en el sofá. — ¿por que?

— ¿Podrías dejarme entrar? Estoy aquí. — Me pongo de pie rápido. — Toque el timbre reiteradas veces, pero no abriste, creí que no estabas.

Prácticamente corro hacía la puerta cuando me dice que está aquí y la abro rápido, él me mira sorprendido alejando su celular de su oreja, cortando la llamada y también alejo el celular de mi, me saluda con sus manos sonriente.

— Lo siento, no sabía que vendrías. — Arreglo mi cabello ante su mirada, agradezco haberme cambiado mi pijama por un pantalón de chándal. — ¿Pero.. qué haces aquí?

— Está bien, al menos se me ocurrió llamarte antes de marcharme y no espere mucho tiempo de todas formas. — Su cálida voz me hace sonreír. – ¿Puedo entrar?

— Si. — Me hago a un lado y él ingresa. — ¿Como sabes donde vivo?

No recuerdo alguna vez haberle dado la dirección de mi domicilio, mucho menos haberle dicho que me visitará. Así que me parece cada vez más inesperado que esté en mi departamento, mirando el alrededor de lo vacío y aburrido que es, aún que si parecen gustarle las plantas que Na-Ri colgó del alto techo, fue una tortura aquel día.

 𝘉𝘶𝘳𝘯𝘪𝘯𝘨     | |     J. Jaehyun  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora